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Pablo Molina

¡Comed democracia! (avanzada)

Se trataba de votar que no para contentar a un partido empeñado en destrozar a las provincias traidoras, aun al precio de no volver al poder regional en varias generaciones y de quemar a su casta de dirigentes actuales.

Bajo el gobierno de Rodríguez, España avanza a una democracia de nuevo cuño, cuyos efectos ya están empezando a notarse en la Región de Murcia. Los murcianos somos el grupo de control de este experimento de ingeniería social, encaminado a comprobar hasta qué punto la sociedad civil es capaz de aguantar sin rechistar las tropelías del gobierno central y la traición de las delegaciones regionales del PSOE. Los sucesos de Alhama de Murcia son la penúltima fase de este ensayo totalitario.
 
La empresa Polaris World, gracias a la cual debemos gran parte del desarrollo económico experimentado por la región en los últimos dos años, tenía en proyecto realizar un magnífico proyecto urbanístico en Alhama de Murcia, con doce mil viviendas y todos los servicios necesarios, incluido el abastecimiento propio de agua a través de una desaladora sufragada por la propia empresa. Cuatro mil puestos de trabajo durante la construcción, más de tres mil fijos para atender los servicios de la urbanización y numerosas infraestructuras públicas para el municipio que también iban a ser financiadas en solitario por la empresa, constituían la mayor inversión jamás realizada en la localidad. En fin, un regalo por el que muchos pueblos de toda España se darían de bofetadas, que gracias a los dirigentes socialistas en Murcia ya no se realizará.
 
Junto al voto decisivo de una tránsfuga del PP, que tras el escándalo de unas oposiciones a conserje municipal a las que concurrió su marido (ella era Concejala de Personal) experimentó una repentina mutación doctrinal que la obligó a irse al grupo mixto, el PSOE e IU denegaron el martes pasado los permisos para llevar a cabo ese proyecto.

El responsable máximo de la tropelía no es otro que el secretario General del PSOE Murciano, D. Pedro Saura o Perico “el huevo”, como le conocen en su pueblo natal, pues los concejales de ese partido, aunque en privado mostraban su acuerdo, cuando no su entusiasmo con el proyecto (“Meroño, esto es cojonudo”, le decían al Presidente de Polaris World) han preferido seguir la disciplina partidista a la defensa de los intereses de los ciudadanos a quienes representan.
 
La noche del martes pasado, mientras se votaba en el pleno municipal (el cuarto dedicado a este asunto), a las puertas del ayuntamiento se concentraban varios cientos de trabajadores de la empresa, con pancartas alusivas a la defensa de sus puestos de trabajo, frente a una decena de defensores de la humanidad (con sus melenas tremolando al viento de la sierra y sus crestas de colores, que es la estética habitual de los que se dejan el lomo trabajando a diario) gritando consignas totalitarias como el absurdo “Alhama no se vende”.
 
No hay razones técnicas para denegar la autorización. El proyecto cuenta con todos los permisos necesarios y había pasado todos los trámites legales a falta de la aprobación final en el plenario municipal. Los que votaron en contra ni siquiera pudieron balbucear un argumento válido para justificar su acción. La pobre concejala Rodríguez tampoco. Se trataba de votar que no para contentar a un partido empeñado en destrozar a las provincias traidoras, aun al precio de no volver al poder regional en varias generaciones y de quemar a su casta de dirigentes actuales.
 
En los albores de la II República, los terratenientes espetaban a los obreros aquel infame "¡comed república!" mientras les negaban el trabajo. El PSOE nos hace lo mismo a los murcianos, pero ahora el menú es la “democracia avanzada”. Son tan ilusos que creen que así perjudican a los empresarios o al PP. Pobres diablos. El PP seguirá ganando elecciones en Murcia (más que por méritos propios por los deméritos de quien tienen enfrente) y la empresa Polaris World seguirá ganando dinero, aunque a partir de ahora lo hará en otras regiones o países, acaso en Croacia, donde el estado de derecho no es una entelequia como en la España de ZP. Los perjudicados somos todos los murcianos, incluidos los hasta ahora votantes del propio PSOE. Mas si a los socialistas les da igual que España se vaya por el desagüe, ¿cómo se van a preocupar de que una pequeña región, y encima desafecta, vuelva al subdesarrollo?
 
¡Comed democracia avanzada! Comeremos, comeremos, dos platos si hace falta. Pero hay un detalle que se te escapa, Perico: todas las comidas tienen su postre.

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