A un "Hola, ¿cómo está?", seguido de un "good to see you again", que Zapatero probablemente no ha entendido, se reducen las palabras que el presidente de los Estados Unidos ha dirigido al presidente español durante la cena que ambos han compartido con una veintena de mandatarios de otros países en la sede de Naciones Unidas.
La verdad es que poco más hay que añadir a este breve saludo televisado que, por sí mismo y de forma tan elocuente, testifica una vez más las gélidas relaciones del Gobierno de Zapatero con el de la nación más influyente y poderosa de la tierra. Sólo cabe añadir las posteriores declaraciones de Zapatero a la prensa, en las que ha considerado "patológico" el interés mediático que despertaba su "encuentro" con Bush, asegurando que la relación entre ambos es "normal y cordial" y se encuadra "en las conocidas buenas relaciones que España mantiene con Estados Unidos".
Teniendo en cuenta que, en lo que va de legislatura, el presidente español no ha visitado aún la Casa Blanca ni ha mantenido un solo encuentro oficial con George W. Bush, aquí lo único "patológico" es la tendencia de Zapatero a negar la realidad y su obsesión por ocultar la pérdida de influencia y prestigio internacional de su Gobierno.
Y dicho esto, quien considere excesivamente escueto este editorial, que recuerde que resulta, con diferencia, mucho más extenso que todas las conversaciones que Zapatero y Bush han mantenido hasta ahora.
