Cantaron Lole y Manuel, santo y seña del folklore andaluz, una letra que decía: "Y mira si soy trianero, que estando en la calle Sierpes me considero extranjero". Es, quizá, la frase que mejor define la idiosincrasia de Triana, un barrio con identidad propia dentro de Sevilla. En una de sus arterias, la calle San Jacinto, es donde Vox pondrá este viernes punto y final a su carrera hacia las urnas. Será en un acto multitudinario en el que participarán la candidata, Macarena Olona; el presidente del partido, Santiago Abascal; y el fundador de Vox, José Antonio Ortega Lara.
A menos de cien metros, divididos por el río Guadalquivir, o unidos por el puente de Isabel II; concluirán su campaña electoral los dirigentes del Partido Popular. Concretamente frente a los aros del puente de Triana, en el muelle de la Sal. El principal reclamo para este acto será el presidente de la Junta de Andalucía y candidato a la reelección, Juanma Moreno. A diferencia de anteriores campañas, se espera lo nunca visto: una gran afluencia de gente, en sintonía con lo que vienen exhibiendo en los últimos días.
Para más inri en la misma orilla del río, y con el Palacio de San Telmo como punto intermedio, cerrará la campaña el PSOE. El punto elegido es el muelle de las Delicias, por donde entran los barcos a la ciudad. Allí estarán el secretario general del partido y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y el candidato Juan Espadas. No se espera la asistencia, eso sí, de ningún expresidente andaluz.
El gran objetivo del PP
Desde el equipo de campaña de Juanma Moreno uno de los principales objetivos fijados para esta cita ha sido ganar al PSOE en la provincia de Sevilla por primera vez en la historia de la democracia. Para ello, han multiplicado los esfuerzos desde el primer. De hecho, en el arranque protagonizaron un mitin previo en Málaga y, a media noche, otro más discreto en la capital hispalense en el que ya se podía pedir el voto de manera oficial.
Una vez producida la tradicional pegada de carteles, la primera convocatoria del candidato popular tuvo lugar a las puertas del Hospital Militar de la ciudad. Una infraestructura abandonada durante décadas por el socialismo andaluz y que ahora, tras rescatarlo el Ejecutivo de PP y Cs, engrasa la lista de hospitales públicos del SAS (Sistema Andaluz de Salud). Desde allí Moreno ya desveló que su estrategia para conseguir una "mayoría suficiente" se basaría, entre otras cosas, en rentabilizar el balance de gestión.
Durante estos tres años y medio, en los que por primera vez en democracia no ha gobernado un socialista en Andalucía, la clave del éxito de Moreno ha sido construir un perfil moderado que le permita granjearse apoyos de sensibilidades muy diferentes. Para ello ha ido abrazado con naturalidad banderas que siempre estaban en manos del PSOE como, por ejemplo, el andalucismo. Ahora, con las encuestas a favor, trata de ensanchar su base electoral desde el centro, mirando a izquierda y derecha. Con esa premisa espera apuntalar el podio en la comarca sevillana, que dotaría de significado a su victoria; si es que se confirma el 19-J.
Vox elige Triana
Vox, mientras tanto, cierra el ciclo electoral en Andalucía regresando a la ciudad en la que también inició la campaña. Tuvo lugar en el banco de la calle Asunción del barrio de los Remedios que hace siete años acogió a un Santiago Abascal, prácticamente en solitario, que se dirigía a los transeúntes con un megáfono en la mano.
En el barrio vecino de Triana, en la calle San Jacinto, Abascal y Macarena Olona pronunciarán su último mitin acompañados por José Antonio Ortega Lara. Además contarán con los principales dirigentes del partido que confluirán en la ciudad hispalense después de haber recorrido Andalucía en sus respectivas caravanas electorales. Entre ellos, Iván Espinosa de los Monteros, Jorge Buxadé o Javier Ortega Smith.
La campaña también ha contado con la presencia de Rocío Monasterio y Juan García-Gallardo como principales líderes autonómicos, a los que se suma ya Olona, quien podría dar a la formación su segundo gobierno regional después del de Castilla y León. La inmigración ha sido la principal apuesta de Vox en esta recta final, así como denunciar la falta de compromiso del PP para pactar con ellos si necesitan sus votos para gobernar.
El campo, la industria o las tradiciones completan los ejes de la campaña de un partido para el que estas elecciones son claves, no sólo porque determinarán la política nacional durante el año que resta de legislatura hasta que Pedro Sánchez convoque comicios, sino por el simbolismo que le otorgan al ser la primera comunidad en la que lograron representación institucional, lo que les permitió despegar en toda España.
La distancia entre PP y VOX
Pese a la cercanía de cada orilla del río lo cierto es que hay un abismo entre un barrio que, en su más pura esencia, siempre se ha declarado independiente de la ciudad. Aunque el puente termina siendo el nexo de unión. Toda una ironía para dos partidos que, desde luego, no han mostrado ni el más mínimo atisbo de acercamiento durante la campaña electoral y que, sin embargo, podrían estar condenados a entenderse una vez que el próximo domingo se conozca el resultado de las elecciones.
Tanta es la distancia que en el seno del PP han pedido al PSOE abrir la reflexión de que, si tanto temen la coalición con el partido de Abascal, faciliten la investidura de Moreno con una abstención. Sin embargo, el candidato popular ha descartado que eso sea posible porque, ha reconocido que "Sánchez necesita a Vox en el Gobierno de Andalucía como reclamo para las próximas elecciones generales".
Como si de un vigía se tratara, el líder de los socialistas y presidente del Gobierno estará a algo más de un kilómetro de donde celebran sus mítines PP y Vox. Presumiblemente Pedro Sánchez apelará desde allí a los votantes de izquierdas para que se movilicen en torno a su candidato: Juan Espadas. Todo para impedir que haya un gobierno de PP y Vox en la Junta.
El gran miedo del PSOE
A este cierre de campaña los socialistas acuden con los peores pronósticos para la historia del partido en su fortín más preclaro. Conscientes del daño que puede suponer una histórica derrota en Andalucía, la romería de ministros se ha ido mermando en los últimos días. Incluso Sánchez ha reducido la actividad prevista para el final de la campaña
Llegados a este punto, en el PSOE el objetivo no es ni siquiera conseguir una mayoría alternativa de izquierdas que permita a Espadas tener posibilidades de recuperar el mayor feudo de su partido. La única aspiración es, más bien, no cosechar un resultado peor que el de la expresidenta andaluza Susana Díaz en el año 2018. Entonces resultaron vencedores con treinta y tres diputados, pero la pérdida de 400.000 votos les mandó a la oposición en detrimento de la derecha, que sumó más escaños. Ahora el mayor miedo es cosechar todavía menos representantes en el Parlamento Andaluz. Esto supondría una hecatombe para el socialismo.