Ya estamos a las puertas de la Navidad, los primeros christmas ya están llegando, y me pregunto: ¿cómo será este año el de los Príncipes de Asturias? No cabe duda de que será un buen momento para poder ver a las infantas Leonor y Sofía. Cada vez es más difícil, no aparecen de no ser por un motivo muy especial.
Si mal no recuerdo, no las vemos desde que comenzó el curso escolar. Es como si las pequeñas estuvieran desaparecidas.
No lo entiendo, porque con los demás miembros de la Familia Real es mucho más fácil que eso ocurra. Sin ir más lejos, a Jaime de Marichalar se le pudo ver de la mano de su hija Victoria Federica por el aeropuerto de Barajas, porque en un principio iban a pasar el puente de la Constitución en Inglaterra, y así poder estar unos días con su hijo Froilán, que el presente curso lo está haciendo en un internado en Sussex. Esos planes se vieron de repente truncados por la irresponsabilidad de los dichosos controladores aéreos, y se tuvieron que volver a su casa como tantos miles de pasajeros.
A las infantas da la impresión que las tienen escondidas, salvo en raras excepciones en que se les puede ver con sus padres. Da la sensación de que los príncipes no saben aunar su vida pública con la privada.
No creo que haga falta recordar que doña Letizia Ortiz ya no es periodista, es Princesa de Asturias para lo bueno y para lo malo y que de vida privada puede disfrutar muy poco. Que se les vea de vez en cuando con las niñas no tiene nada de malo, sino todo lo contrario.
Entiendo que no tengan que ser un escaparate, pero da la impresión de que tienen la obsesión de evitar que ser vistos como cualquier matrimonio joven , disfrutando de sus hijas.
El pasado año estuvieron de viaje privado esquiando en Suiza. No estaría de más que éste se dejasen ver en alguna pista española, que de sobra es sabido que Don Felipe siente predilección por ese deporte, no tanto la Princesa.
Como cada año, el 24, será el día en que toda la Familia Real se reúna para celebrar la Nochebuena en el palacio de La Zarzuela.
Los Duques de Palma se trasladarán desde Washington, lugar donde tienen fijada su residencia desde hace meses, y en diferentes ocasiones se les ha visto por las calles con sus hijos como una familia más.
En la actualidad es casi imposible ver a toda la familia reunida exceptuando esta fecha. Después, cada uno hace su vida. Aquellos posados veraniegos en Palma de Mallorca en los jardines del Palacio de Marivent ya son historia
Carlos Pérez Gimeno.
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