El peor momento de María José Campanario está a punto de llegar tras tener que volver que sentarse en el banquillo de los acusados por una presunta estafa a la Seguridad Social.
La primera comparecencia fue un duro trago, ya que a las puertas de los juzgados le estaba esperando un nutrido número de personas que no pararon de abuchear tanto a ella como a su madre. Ahora tiene que volver a pasar por el mismo trance, y sentarse por segunda vez para que se celebre el juicio en la audiencia Provincial de Cádiz.
Sus abogados se han visto obligados a cambiar la estrategia, ya que el juez ha admitido a trámite las escuchas telefónicas por las que se supo la trama del mencionado fraude.
Esta decisión de los magistrados ha tenido que ser por fuerza un golpe duro para la mujer de Jesulín de Ubrique, que se negó a asumir su culpa. Ella misma dijo: "Prefiero ser inocente y entrar en la cárcel, a ser culpable y estar en la calle". Con esas declaraciones pretende defenderse La Campanario.
Aunque María José haya intentado demostrar que tiene un carácter fuerte, se ha podido saber que toda esta situación le ha llegado a provocar una crisis de ansiedad, y que lo está pasando realmente mal.
Por cómo se están desarrollando los hechos, todo apunta que no lo tiene nada fácil, y es consciente que se está jugando la posibilidad de pasar por la cárcel. El fiscal ha solicitado cuatro años y medio, y una multa de más de 100.000 euros.
Ya ha llegado la oportunidad de defenderse y justificar ese pago de 18.000 euros, que hizo en su momento, con el fin de conseguir esa invalidez para su madre, y recibir un subsidio de la Seguridad Social.
Por mucho que se empeñe en gritar a los cuatro vientos su inocencia, la justicia es la tiene que ver si eso es así o no, y con toda seguridad de todo este embrollo va a salir escaldada.