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Carlos Pérez Gimeno

Abucheos para Nuria Espert

A pesar del bochorno, supo aguantar la situación y la sonrisa no desapareció de su rostro. La procesión iba por dentro.

El Teatro Real de Madrid estaba totalmente lleno para ver la ópera que cierra la temporada. Se trata de una de las obras maestras de Giacomo Puccini, Tosca.

Había una gran expectación por ver una obra clásica después de soportar una temporada difícil. Por ese motivo, muchos abonados han preferido darse de baja mientras no cambien las futuras programaciones.

Nadie quiso perderse el estreno, y una de las primeras en llegar fue Alicia Koplowitz, que compartió platea con la académica de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias, que también es presidenta del grupo Unidad Editorial, entre otros cargos. En ninguno de los dos descansos abandonaron su asiento, no se mezclaron con nadie y, como viene siendo habitual en la empresaria, prefirió pasar lo mas desapercibida posible.

Nada que ver con la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, que acaparó las miradas de todos los asistentes con un traje marrón de tirantes. Como complemento, llevó una cadena larga de oro de la firma Aristocracy.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, asiduo a la temporada lírica, llegó sin su esposa, Mar Utrera. Todo lo contrario que su antecesor, José María Álvarez del Manzano, que llegó con su mujer, Eulalia.

La mítica familia Suárez, todo un referente en el mundo de la de alta joyería, y asiduos de toda la temporada, comentaban, como tantos otros, que daba gusto disfrutar de un clásico como es Tosca, sobre todo tan bien interpretada.

Al final de la representación, la mayor ovación fue para la magnífica soprano Violeta Urmana. Cuando le llegó el turno de saludar a la directora de escena, Nuria Espert, la mayoría de los aplausos se convirtieron en abucheos. A pesar del bochorno, supo aguantar la situación y la sonrisa no desapareció de su rostro. La procesión iba por dentro.

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