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Rosa Belmonte

Hombres sabios y cornudos

Los hombres sabios son más raros que las mujeres.

Los hombres sabios son más raros que las mujeres.
Jesús Atahonero | Telecinco

Estamos hartos de ver mujeres sabias. Al menos si hacemos caso a Samuel Johnson: "Las mujeres casadas sabias no se preocupan por la infidelidad de sus maridos". Pero resulta que hasta Silda Wall Spitzer se ha divorciado del todo (el martes pasado). Silda, la mujer de Eliot Spitzer, fue la inspiración de The Good Wife. Famosa es aquella escena en la que acompañaba toda digna a su marido mientras él renunciaba a su cargo de gobernador de Nueva York el 12 de marzo de 2008 por sus relaciones con prostitutas. El lunes pasado, un día antes de obtener el divorcio, el tipo montó una fiesta parar celebrarlo con su novia (Liz Smith, de 31 años, la antigua portavoz de Bill de Blasio, el alcalde de Nueva York), seis amigos más y mucho alcohol. Vodka, margaritas y una torre de cerveza. Una cosa fina.

Los hombres sabios son más raros. Robert Pattinson mandó a Kristen Stewart a paseo cuando esta tuvo un lío con el director Rupert Sanders. Y todo el mundo se enteró. Como se enteró todo el mundo de los cuernos de Mar Flores con su portada en la cama con Lequio. Caso distinto fue el de Peter Robinson, el que fuera primer ministro de Irlanda del Norte, que perdonó a su mujer (la señora Robinson, de 58 años, se cepillaba a un vecino de 19, hijo de su carnicero de toda la vida). Parecido es lo de Jesús Atahonero, ‘Pajarito’, el marido de Olvido Hormigos, que el sábado dio la cara en Abre los ojos y mira. Mira al cornudo, vaya. Porque el cornudo es más señalable que la cornuda. Dijo que no había hecho ningún "ridículo nacional", cosa que probablemente no le habrían soltado a una mujer. Pilar Rahola tuvo las palabras más duras con Olvido: "Traer a tu marido a una televisión nacional para que haga un ridículo como este y para que pasee sus cuernos de esta manera me parece repugnante". Pajarito, que es una mezcla entre José Manuel Soto y Vicente Martínez-Pujalte (más este), no había aparecido en ningún medio desde que su mujer se hiciera famosa por un vídeo erótico dirigido a su amante. Y luego tuvo unos meses de ‘asdrúbales’. Pajarito sale ahora cuando su mujer está embarazada. Para asegurar que el hijo es suyo. Que por qué no iba a serlo. Le preguntaron si él había cometido alguna infidelidad. "Vamos a dejarlo, que todos cometemos errores", soltó el tío. Aunque según dijo no fue infiel a Olvido sino a otra. En todo caso, una se acuerda de Jackie Kennedy cuando decía que no creía que hubiera ningún hombre que fuera fiel a su mujer.

Mujeres que hacen el amor y sus maridos cornudos es un libro de Pierre de la Bourdeille (1540-1614), abad y señor de Bratôme, íntimamente ligado a la reina Margot y a Catalina de Médicis. Relata que a finales del siglo XV y principios del XVI, las mujeres gozaban de libertad para ser infieles a sus maridos, siempre y cuando fuera con altos cargos o destacados miembros de la corte, de manera que los maridos podían hacer alarde de que sus mujeres habían sido deseadas por alguien principal. Y había competencia entre los amigotes por ser los mejores cornudos.

Algún siglo después, Voltaire tenía amores con la marquesa du Châtelet. En casa de ella. En Voltaire enamorado, Nancy Mitford escribe: "La ocultación , las tercerías y los lugares secretos de reunión son cosas a las que se recurre únicamente cuando hay un marido o una esposa celosos. El marqués du Châtelet siempre se comportó perfectamente".

Pajarito, el marqués de Châtelet, los mejores cornudos… Hombres sabios. Y ya sabes, que diría Somerset Maugham, los tasmanos, que nunca cometieron adulterio, se extinguieron.

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