Este jueves se celebró en Viena el Baile de la Ópera de Viena. Como cada año, estaba prevista la asistencia de lo más selecto de la alta sociedad austriaca. Pero una pelea más propia de un bar enturbió la gala.
Según documenta el sensacionalista Bild y relatan varios medios locales, un hombre en evidente estado de ebriedad le espetó al presentador alemán Johannes B. Kerner que quién le había pagado su entrada. "¡Aclárelo! ¡Usted es el nuevo Wulff!", le dijo en alusión al expresidente alemán, envuelto en un escándalo de corrupción y finamente exculpado por la Justicia.
La trifulca, que logró fotografiar una reportera del Bild, acabó con un conocido de Kerner pegando al hombre que había gritado al presentador. Resultó herido, como atestiguaban las manchas de sangre en su camisa.
No fue el único episodio alejado del antaño glamour de la Ópera de Viena. El millonario austriaco Richard Lugner, que cada año paga a alguna famosa para que sea su acompañante al baile, llegó acompañado de la it-girl Kim Kardashian, que habría cobrado 250.000 euros.
Kardashian se presentó al baile luciendo un vestido de raso color maquillaje y transparencias en negro, escoltada por su madre, Kriss Jenner. Ambas prefirieron entrar al edificio por una de las puertas laterales en lugar de utilizar la alfombra roja por la que desfilaron la mayoría de asistentes y que estaba atestada de periodistas.
Aparte del suculento contrato, la prometida del rapero Kanye West exigió otras comodidades, como coches de lujo, que se instalaran dos cunas para su hijo en la suite de hotel que ocupa y que se pusieran a su disposición una marca de agua concreta, según los medios locales.
Pese a tanta exigencia, la excéntrica estrella ya había dejado claro previamente que no tenía previsto bailar con su acompañante ya que prefiere "observar a los que bailan" porque ella "no es buena" bailando.