La aristócrata Olivia de Borbón sigue adelante con los preparativos de su boda con Julián Porras, que se celebrará el próximo 4 de octubre en Marbella, si nada se tuerce. Sin embargo, además de estar volcada en su enlace, en su vida hay una nueva ilusión: un perrito.
El can es de raza carlino, de color negro, y por su pequeño tamaño cuenta con pocos meses de vida. El pequeño "Baby" se ha convertido en el rey de la casa. El futuro matrimonio pasea a su mascota alegremente por las calles de la milla de oro madrileña, embelesados con lo que parece su primer proyecto de familia.
Olivia no había tenido excesiva suerte en el amor, hasta dar con Julián (un joven decorador, que anteriormente había estado relacionado con Terelu). Porras es "el hombre de su vida". El fundador de Chic House Proyects (una empresa de diseño y construcción) tiene gran pasión por los caballos y, para culminar su carrera como famoso, ha comenzado un blog titulado "Mi rincón secreto" en una prestigiosa revista.
Por su parte, Olivia (Oli, a secas, como la llaman en su entorno) tiene en su bagaje amoroso nombres destacados como Sebastián Palomo Danko (con quien estuvo a las puertas de la capilla), Alonso Caparrós (con quien tuvo un fugaz y televisivo amor-reality show) o un supuesto conde europeo, la que sería penúltima de sus parejas.
Pese a la diferencia de edad (ella está en los 40 y él acaba de cumplir 32) y el evidente choque de apellidos con los que tendrían que honrar a sus vástagos (Porras de Borbón ¿?), la pareja sigue dispuesta a sellar su amor eterno, quizá con una alianza de Aristocrazy (firma perteneciente a la familia Suárez, de la que Olivia fue imagen).