La actriz Sharon Stone ha hablado del grave derrame cerebral que sufrió en el año 2001. Lo ha hecho en la revista Harper's Bazaar, donde además ha posado desnuda en unas fotografías que han dado la vuelta al mundo. No obstante, la letra impresa de la entrevista sorprende todavía más, por su entereza y crudeza.
En ese año, la actriz fue ingresada después de tres días de molestias, debido a lo que resultó ser una arteria cerebral rota. Los médicos le aseguraron en principio que la situación era tan grave que podría no volver a hablar otra vez. Los cirujanos tuvieron que reparar el daño con 22 espirales de platino: "La hemorragia era tan fuerte que mi cerebro fue empujado hacia la parte delantera de mi cara", explica en la revista.
"Todo mi ADN cambió. Mi cerebro no estaba sentado donde solía, mi tipo de cuerpo cambió y mis alergias alimentarias eran otras". La actriz salió del hospital tartamudeando, incapaz de leer y sin sensibilidad en una de sus piernas. La recuperación de esas funciones fue dura, y además quedaban por llegar malos momentos personales (su matrimonio con el periodista Phil Bronstein se rompió, y los papeles que obtenía no eran para nada los de su época de estrellato). Pero ha acabado saliendo reforzada de la experiencia.
"Elegí trabajar muy duro para abrir otras partes de mi mente. Ahora soy más fuerte", explica orgullosa la atractiva Stone, de 57 años. Ahora, pese a las secuelas y la dura recuperación, Stone se siente más dura y no duda en hablar directamente del tema. Una de sus frases habituales es, de hecho, "tengo daño cerebral, vas a tener que aguantarte".