Carmen Jara nos acaba de dejar para siempre y ya está camino de reunirse con sus padres. Así me lo acaba de anunciar su hermana Soledad.
Casi dos décadas trabajando juntos con Federico Jiménez Losantos, primero en Cope y después en esRadio, donde estuvo hasta que la apareció la dichosa pandemia. Su salud poco a poco, a consecuencia de la edad, se fue deteriorando, y su última época vivió con su hermano en una residencia en Huelva, ciudad donde nació.
Carmen siempre será recordada porque desde el primer día que la conocí se hizo querer. Siempre tenía una palabra cariñosa para todos, y un beso dispuesto para todo el que se le acercaba.
Fue una gran intérprete de la Copla, pero por el amor a su familia, sacrificó su carrera y cuidó de sus sobrinos y a su madre hasta el último momento.
La radio fue otro de sus grandes amores, donde sin lugar dudas cosechó un gran éxito, primero como tertuliana en la famosa "Mesa Camilla" capitaneada por Encarna Sánchez, quien la tenía un cariño especial, y era una de sus confesoras, Carmen se lleva a la tumba muchos secretos, haciendo honor a su lealtad y discreción.
La Jara, así es como la llamábamos sus amigos y compañeros de la Crónica Rosa de Federico, se arrancaba en muchas ocasiones interpretando la canción española como solo ella sabía hacer. Guapa como pocas. En sus años de juventud, recordaba a Natalie Wood.
Su buen humor y gracia andaluza eran signos inconfundibles de esta gran persona, que nos acaba de dejar, pero cuya memoria siempre estará presente. A los que hemos tenido la suerte de haberla tratado nos deja un gran vacío.
Hasta siempre, Jara querida.