Menú

¿A qué se dedicará Belén Esteban si va al paro tras el final de 'Sálvame'?

La cancelación de Sálvame puede poner en dificultades a muchos de sus colaboradores, como Belén Esteban.

La cancelación de Sálvame puede poner en dificultades a muchos de sus colaboradores, como Belén Esteban.
Belén Esteban | Gtres

La cancelación definitiva de Sálvame, que será efectiva el próximo 16 de junio, deja en la calle a un grupo de colaboradores del programa de Telecinco, entre ellos a Belén Esteban, uno de los rostros más populares, con una vida intensa en cuestiones sentimentales. A sus cuarenta y nueve años, su futuro profesional queda en el aire y ella todavía no ha decidido a darlo a conocer públicamente, en el supuesto de que silencie alguna oferta de otra cadena televisiva, lo que no creemos suceda, o bien se dedique a la empresa que comercializa productos varios de conserva que llevan su nombre en las etiquetas. En ese caso, se despedirá de seguir siendo una figura mediática, más concentrada en su vida particular junto a su segundo marido y pendiente de los estudios de su hija. Han transcurrido veinticinco años desde que estuvo sentimentalmente unida a Jesulín de Ubrique, relación que acabó abruptamente en el 2000; tormentosa para ella que, sin embargo, le proporcionó en adelante su notoriedad en la pequeña pantalla como tertuliana habitual y, paralelamente un medio de vida elevado. Se cierra así, por tanto, un ciclo de su existencia, que nunca pudo ni siquiera imaginar en sus sueños juveniles.

María Belén Esteban Menéndez nació en Madrid el 9 de noviembre de 1973 en un hogar modesto, tercera de una familia de tres hijos que habitaba el barrio obrero de San Blas. El padre trabajaba como pintor de brocha gorda y la madre fregaba en algunas casas. Cuando concluyó sus estudios de EGB no albergaba intenciones laborales de ningún tipo y en ese indeciso periodo dejó entrever a los suyos que a lo mejor se metía monja. En cualquier caso todo su futuro se centraba en casarse y tener hijos, sin ningún otro particular proyecto.

Al conocer al torero Jesulín de Ubrique un mundo nuevo se abrió para Belén Esteban. Transcurría 1998 y al año siguiente ella dio a luz a una niña. La pareja se fue a vivir a la finca que él había comprado a sus dieciséis años, que bautizó con el nombre de "Ambiciones". Pero allí en Ubrique la pasión que ambos se profesaban fue, por parte de él, perdiendo fuelle. En el entorno del diestro gaditano la presencia de Belén era cuestionada. Miembros de la familia de su compañero sentimental, no todos, no disimulaban su desdén hacia ella que, preterida, y a la vez que advertía que Jesulín le dedicaba menos atención y en cambio ligaba con otras chicas, hizo su equipaje y, tras una breve estancia en casa de unos amigos en Córdoba, volvió a su vivienda familiar de Madrid. Su hija contaba entonces siete meses. Había vivido en principio aparentemente "como una reina" y de nuevo se enfrentaba en el reducido piso de sus padres, a un futuro negro, psicológicamente rota, sin saber qué hacer.

Antes de conocer a Jesulín, había limpiado pisos, atendiendo como camarera un "burger" y cuidando niños. ¿Era alguna de esas ocupaciones a las que tendría que volver? Fue "tirando", como se dice vulgarmente, pues aún contaba con ciertos ahorros. Y como quiera que algunos reporteros la perseguían, accedió a dar una exclusiva a la revista ¡Hola!, a cambio de un suculento talón bancario. Su nombre no había quedado en el olvido tras su fracaso amoroso. Porque en adelante Belén Esteban compareció, a partir del año 2000, en unos cuantos programas de televisión, desde su debut en el que presentaba María Teresa Campos. Y luego en Como la vida misma, de Alicia Senovilla, el de Ana Rosa Quintana, Sabor a ti, y los siguientes de ésta, Día a día y El programa de Ana Rosa, entre 2005 y 2009. Y entre unos y otros tuvo tiempo de ir potenciando su constante presencia en esos medios audiovisuales, a través de Salsa rosa, ¿Dónde estás corazón?, La Noria, Crónicas marcianas… En nueve años, Belén Esteban era conocida en toda España, ganaba dinero a espuertas, la invitaban continuamente a fiestas y conocía a personajes de la vida social española que jamás hubiera podido imaginar en sus días de chica de barrio, sin un duro apenas en los bolsillos, pues lo poco que ganaba entonces era para sus progenitores.

Todo ese mundo de fantasía y cierto "glamour" no acababa de creérselo. Por su manera de expresarse ante las cámaras, con sus gestos, su particular lenguaje tan directo, muy de la calle, se había ganado la atención de miles de amas de casa. Su público, aventuramos que sencillo como así era la procedencia de ella, la convirtieron en "la princesa del pueblo", en feliz sobrenombre de quien ignoramos su autoría. Y así, para la posteridad, ella que estaba muy pendiente día a día de su hija, cuidada por los abuelos maternos, dejó Belén dos frases, en seguida repetidas por sus seguidores: "Andreíta, ¡cómete el pollo!", que bien pudiera haber sido el eslogan de una granja, y el muy contundente "Yo por mi hija ¡mato!", dirigido a cuantos se metían con la pequeña. A todo esto, Jesulín se interesaba poco por su hija, aun viéndola de vez en cuando. Acabaría él asumiendo sus deberes para hacerse cargo de una parte de la manutención y gastos escolares de la pequeña. Pero con el paso del tiempo, y aunque Andreíta fuera a pasar algunas vacaciones a "Ambiciones", la relación de la niña con su padre y sus abuelos paternos y demás familia fue desvaneciéndose.

Belén era joven, y daba rienda a sus deseos de encontrar su pareja. Tuvo amores con Óscar Lozano, ex de Carmen, la hija de Rocío Dúrcal. Un año duró aquel idilio y, poco después, se enrolló con un "disc-jockey" (Dj llaman ahora), Dani, que trabajaba en un negocio musical del antes mentado Lozano. Entró en un periodo algo depresivo cuando rompió con ese segundo ligue. Además, murió su padre, al que estaba muy unida. Comenzaron a aflorar algunos alifafes en su salud, como la diabetes. Después de terminar su contrato con Ana Rosa es cuando en 2009 comienza la fase profesional más contundente de esta tertuliana, quien sin ser actriz, ni cantante, ni ostentar oficio de gran relevancia social, se convirtió en un personaje habitual de la prensa rosa: las revistas del ramo ya hacía tiempo que iban contando sus pormenores. Ella misma los potenciaba desde Sálvame, el espacio de las tardes en Telecinco, donde a lo largo de cuatro horas los cronistas del corazón allí reunidos contaban los pormenores sexuales de una serie de mal llamados famosos o de sus familiares, cuando no tenían otros más a mano. Y Belén, seguía dando la barrila con su pasado con el torero. O bien aprovechaba algunas declaraciones de éste en ¡Hola! para lanzar alguna pulla contra María José Campanario, su rival en el corazón del diestro.

Y así se tiró unas cuantas temporadas con parecidos argumentos, aunque se permitía asimismo comentar a su modo y manera los contenidos de las revistas rosas. Apenas daba noticias de primera mano. Se limitaba a dar su punto de vista, elevando la voz, crispada si era necesario. Y eso formaba parte de su éxito como "princesa del pueblo", la otra moneda de cuanto podía representar Isabel Preysler en lo que en el pasado se llamaba "la Alta Sociedad".

Algunos intelectuales, cronistas importantes, columnistas de prestigio, la citaban de vez en cuando. Belén Esteban, no tenía más remedio que aguantar el tipo. Pero se sabía importante, desde su silla en el estudio de Sálvame. Cuando decía algo a voz en grito, la audiencia subía. Hasta en Francia, el diario Le Monde contó en sus páginas sus intervenciones, seguidas por alrededor de dos millones de televidentes diarios, de lunes a viernes. Un fenómeno de la comunicación, que era observado por sociólogos también. Y es que ninguna como ella había aterrizado en las cadenas de televisión españolas con esa labia y presencia ante las cámaras. En Italia la hubiera contratado Berlusconi como diputada y portavoz parlamentaria de su partido político.

belen-esteban-victor-janeiro.jpg
Belén Esteban en plató | Archivo

Un año antes de su entrada en Sálvame, Belén Esteban contrajo matrimonio el 27 de junio de 2008 con un camarero llamado Francisco Álvarez. Se fueron a vivir a un chalé en el pueblo madrileño de Paracuellos del Jarama. A los dos años tarifaban. Y en 2012 se decían adiós. Hubo exclusivas de por medio contando uno y otra sus desavenencias. Parece que él le fue infiel, según versión de ella. Su ex moriría en febrero de 2020. Belén se dio una segunda oportunidad cuando conoció en 2013 a Miguel Marcos, conductor de una ambulancia. Se casaron civilmente el 22 de junio de 2019. "El verdadero padre de mi hija ha sido Miguel", dijo recientemente ella.

A lo largo del tiempo Belén Esteban ha sido protagonista de ciertos sucesos. Por ejemplo, robaron en su chalé.. En los juzgados hubo de presentarse luego por otro asunto relacionado con su representante artístico, al que acusaba de estafarla. Y el caso lo ganó Belén, siendo Toño Sanchís obligado a pagarle medio millón de euros. Recuperó la tertuliana parte de la deuda al adquirir en subasta pública la vivienda del acusado.

Perdió por entonces más de diez kilos. Publicó el libro Ambiciones y reflexiones, del que se vendieron sesenta mil ejemplares. Y en la edición de 2015 del "reality" Gran Hermano Vip se alzó vencedora. No todo fueron noticias agradables, pues nos enteramos en 2022 que tuvo una caída en el estudio de Telecinco sufriendo rotura de tibia y peroné. Esa y otras ocasiones relacionadas con su estado físico le supusieron ciertas ausencias en sus programas. Una de ellas a causa de sus adicciones a ciertas sustancias, lo que ella confesó con total sinceridad. Sometida a una cura pudo desintoxicarse y no volvió a las andadas.

De lo que más orgullosa se sigue sintiendo, aparte de haber ayudado a los suyos, es de su hija, a quien ha sufragado los estudios y manutención en Gran Bretaña, en una Universidad. No ha querido nunca decir dónde para que ya mayor de edad, Andrea Janeiro Esteban siga su vida lejos de los reporteros. Cuando cumplió dieciocho años, la persiguieron para fotografiarla. Con todo su derecho, la joven dejó bien claro que ella no quería saber nada del famoseo, que quiere estar al margen de todo cuanto sí ha vivido su madre como personaje público, pero ella no lo es. Sí nos enteramos que Andrea estudió en el Birmingham Metropolitan College, donde se ennovió con el joven Daniel Wozza. Ahora ella vive en la costa Oeste de EE.UU.

Y llegamos al final con la incógnita del principio: ¿qué hará en adelante Belén Esteban, finiquitado su trabajo en Sálvame? Hace un par de años dio a conocer que participaba en la empresa "Los sabores de la Esteban", marca conservera de gazpachos, salmorejos, patatas fritas y cremas de verduras. Es factible que siga de cerca la evolución de ese negocio. ¿O nos dará alguna otra sorpresa? Parece imposible que veintitrés años después de que fuera poco a poco convirtiéndose en un personaje irrepetible, entre los diez más populares del país, según una encuesta, el nombre de Belén Esteban pase ahora a ser una sombra del pasado. Pasará mucho tiempo si es que surge en el panorama televisivo una mujer como ella.

Temas

En Chic

    0
    comentarios