
¿Para ti qué es un bar? Zoilo Álvarez, fundador del restaurante del que te hablo, lo tiene claro y por ello ha abierto su tercer local con un lema claro "lo que para nosotros es un bar". Y en Roostiq Bar tiene el firme objetivo de que comas bien y bebas aún mejor. Ubicado en uno de los barrios de moda, en Justicia –calle de Barquillo, 40– este nuevo proyecto quiere rememorar el bar de toda la vida.
Un concepto protagonizado por 700 referencias de vino, con especial protagonismo de los borgoñas y champanes, además de una interesante propuesta de coctelería de autor. Todo para completar una propuesta gastronómica que comparte la filosofía del éxito de Roostiq, tanto el de Madrid como el de Marbella, del que ya te he hablado en Libertad Digital. Calidad del producto y proximidad.
"Queremos un bar de los de siempre, de toda la vida: lo que nosotros entendemos como concepto de bar. Un espacio para todos, donde comer y beber en cualquier momento del día. Un sitio donde disfrutar de la materia prima de calidad de nuestras fincas, manteniendo la forma de hacer que nos caracteriza en Roostiq pero centrado en la parte líquida, vinos como los de Borgoña, amplia variedad de champanes, y coctelería centrada en nuestros whiskies y tequilas", comenta Zoilo.
Efectivamente, la propuesta gastronómica se nutre fundamentalmente de sus dos fincas de producción ecológica con huerta y ganadería y ubicada en la provincia de Ávila. Una de las fincas cuenta con 150 hectáreas y, en ella, es donde se alimenta el cerdo ibérico a base bellota y pasto de la dehesa de la finca, que da lugar a sus embutidos como el jamón o el lomito. Ahí también se crían pollos en libertad y en régimen ecológico, en rotación de pastos para no agotar el terreno. La sostenibilidad y el cuidado del medioambiente se alza como su bandera y se refleja en la calidad de sus productos.
La segunda finca se compone de una huerta regada por el cauce ecológico del río Adaja, de aproximadamente tres hectáreas de cultivos ecológicos y rodeada por un pinar que la protege de otros cultivos o zonas que puedan tener contaminación. En ella se cultiva el ya conocido tomate 38 y otras hortalizas como acelgas, puerros, espinacas o kale, entre otras, en función de la temporada. Dicha finca cuenta también con gallinas que producen huevos ecológicos y son alimentadas en gran parte por la propia huerta.
De la finca al plato
Dichas fincas y lo que se produce en ellas es una parte importante del éxito de Roostiq, la otra es su cocina. La carta la han diseñado Zoilo y David Blanco, responsable de I+D de Roostiq. Se compone de nueve secciones que van desde los entrantes a los postres, diseñados por Raquel Álvarez.
De esos entrantes y crudos de Roostiq Bar tienes que pedir los torreznos Roostiq (17€), probablemente los mejores de la capital. Aquí no te vas a encontrar el corte gordo, sino unas finas tiras hechas al horno y ligeramente ahumadas. De esos crudos, las ostras Fine de Claire al natural o acompañadas con caviar imperial.
La carta de Roostiq Bar también está pensada para compartirla y disfrutarla a partes iguales. Por eso es bueno seguir con algunos de sus entrantes como la rica ensaladilla rusa templada con gamba blanca de Huelva (14€), además cuenta con tres tipos de tartares de atún o el salmón ahumado con aguacate.
De esas verduras y huevos de la huerta ecológica abulense destacan los cogollos a la brasa, huevo frito de dos yemas y brioche tostado (16€), una muy buena combinación en la que saborear el producto.
El marisco y las brasas forman parte esencial de la carta contando con el mejor producto de los distintos lonjas del país: desde la gamba blanca de Huelva a la plancha de carbón o la gamba roja alistado de Huelva a la brasa, hasta el carabinero a la brasa, huevo frito y patatas chip, los calamarcitos de Punta Umbría o los berberechos del Cantábrico salteados a la llama.
Pero tienes que dejar paso a los "Bar Classics", su apartado más informal y canalla que te va a enamorar y rematar la experiencia. Fundamental el Sando Bar (25€), un sandwich de solomillo de vaca al fuego con su salsa secreta que es tremendamente adictiva. Y de esos pollos criados en la finca, el Bar Chicken (22€), con la hamburguesa hecha con su pechuga de pollo, queso, su salsa especial, lechuga de la huerta y pan brioche. Espectaculares bocados que puedes y debes acompañar con sus extraordinarias patatas fritas (7€).
El extenso apartado de carnes a la brasa incluye desde solomillo o entrecote de vaca a la brasa, hasta chuleta, ribeye, lomo bajo, picaña de Wagyu o pluma de bellota. Como pollos se ofrece el contramuslo a la brasa acompañado de salsa de tomate 38 casera y la pechuga de pollo a la brasa, con quinoa roja salteada y aguacate natural.
Tanto las carnes como los pescados –donde se ofrece rodaballo y lubina a la brasa– se pueden acompañar por patatas fritas, puré trufado, ensalada de lechuga y cebolleta, cebolla gratinada con trufa, pimientos rojos fritos al caldero o verduritas baby.
Como te decía antes, la carta dulce, compuesta por seis postres diferentes, ha sido creada por Raquel Álvarez y en ella te encontrarás desde su clásica tarta de queso a nuevas elaboraciones como la milhoja de los lunes, el bikini de torrija o la tarta de chocolate con crujiente de avellana.
Vinazos y mixología
Roostiq surge en el año 2018 bajo el lema "Pasión por dar de comer bien" y doy fe de que lo hacen, pero es que también dan de beber muy bien. Empezamos la comida brindando con un par de cócteles de autor –Bloody Mary clásico y Passion Pistacho– en una carta estructurada por sabores –amargo, cítrico, dulce, ahumado...– y en la que también se aprovecha los productos de su huerta y eco sostenible.
La carta de vinos también la ha diseñado Zoilo Álvarez junto a con el responsable de sumillería, Pablo Sánchez. Álvarez –gran entendido y amante de los espumosos tras haber viajado mucho por Francia– tiene por seguro que el champán es el maridaje perfecto para cualquier comida y, como no podía ser de otra forma, no concibe su nuevo concepto gastronómico sin protagonismo de las burbujas. Dom Pérignon, Krug o Moët & Chandon, son algunas de las referencias de espumosos que encontramos en la carta.
Además, encontramos una amplia gama de vinos nacionales con proyectos especiales como una vertical de añadas de Vega Sicilia. También es amplia la oferta de borgoñas, que son los que probamos en esta ocasión. Tras los cócteles seguimos con un fantástico borgoña Clos des Mouches, elaborado por Joseph Drouhin con variedad Pinot Noir. Espectacular el Côte d'Or, elaborado por Domaine Bernard & Thierry Glantenay con Pinot Noir. Y terminamos los borgoñas con un muy buen Les Rêves de Gabriel, elaborado por Coudurier-Jung también con Pinot Noir.
Este enclave también destaca por su interiorismo desarrollada por Astet que busca transformar el espacio en un entorno que combine elegancia, singularidad y accesibilidad, evocando una atmósfera alegre y dinámica. El proyecto tiene como objetivo encapsular la esencia cosmopolita y sofisticada de su entorno. Roostiq Bar brilla tanto de día como de noche, donde su iluminación cambia de color, y se caracteriza por la convivencia de contrastes, tradición y modernidad, calma y vitalidad.
Roostiq Bar promete dar mucho que hablar ya que te conquista tanto por su ambiente como por su comida y bebida. Además, su enclave le hace una opción muy atractiva tanto para los madrileños como para los turistas que cada vez llegan más a Madrid para disfrutar de su oferta de ocio. El ticket medio es de unos 50€ aunque variará mucho en función de los cócteles y vinos que elijas.
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