La gastronomía italiana se introdujo en España, a través de Madrid, en los años 60 y desde entonces es infinito el número de restaurantes y establecimientos que sirven esta comida que ha dado la vuelta al mundo. Desde Roma a Nápoles, cada zona cuenta su historia mediante el recetario tradicional heredado de la nonna y en la trattoria Totò e Peppino te encuentras con la verdad de su cocina.
Una autenticidad que comprueba cada comensal que atraviesa sus puertas. Tiene dos locales, el primero que abrió en el año 2004 en el número 29 de la calle de Fernando VI, y el segundo más reciente en Avenida del Mediterráneo, 21.
Verdad y reconocimiento que se ha labrado a lo largo de los años y que se ha visto refrendada con uno de los premios más prestigiosos que ofrece Italia a aquellos restaurantes que llevan su cocina fuera de sus fronteras. El Premio Arcimboldo d’Oro es una de las más altas distinciones en el mundo gastronómico transalpino, concedido por la revista italiana L’Arcimboldo.
Según afirma su fundador, Salvatore Romano: "Este premio es un reconocimiento a nuestra pasión y esfuerzo por mantener viva la tradición de la pizza napolitana. Se lo dedicamos a todo el equipo, cuya dedicación y talento hacen posible que sigamos creciendo y ofreciendo la mejor experiencia gastronómica a nuestros clientes".
Carta no sólo de Nápoles
Además de platos tipicos de la Campania italiana –región del suroeste– hay de otras zonas del país transalpino. Una carta amplia y perfectamente dividida para el comensal no se pierda entre los entrantes, las pastas y las pizzas.
Puedes comenzar con la tabla mixta de embutidos, con una burrata rellena de pesto con cherry asados y almendras, un provolone al horno en salsa pizzaiola, unos mejillones en salsa o un guiso de pulpitos a la napolitana pero, si te fías de mi, pide la parmigiana di melanzane (16,50 €), un delicioso milhojas de berenjenas fritas con mozzarella, tomate San Marzano en salsa, albahaca y parmesano.
El local de Fernando VI que visitamos cuenta con dos plantas, un sotano montado como comedor tradicional y una entreplanta en la que se encuentra el forno della pizza. La decoración evoca la esencia de la antigua Nápoles, con un homenaje a la cultura napolitana. Las paredes respiran historia con fotos de Totò, Peppino y otros ídolos del cine italiano y del mundo del fútbol entre los que no podía faltar, como no, ‘el Diego’; banda sonora italiana; y en el centro, como un altar, el horno de leña preside el salón.
Metido de lleno en Nápoles, no puedes dejar pasar probar sus pastas. Tienes desde la auténtica carbonara a la clásica amatriciana, lasaña clásica de boloñesa o un risotto de la semana que debes de preguntar por él. Pero si te dejas guiar por el personal de sala, te recomendarán, y yo lo ratifico, alguna de las pastas típicas napolitanas. Tienes dos elaboraciones de linguini, una con mariscos y otra con guiso de pulpitos, y otras dos de ziti, una con guiso de carne y la que pedimos nosotros y que tiene un espectacular sabor, los ziti al ragú napoletano (18 €). Esta pasta típica tiene la forma del macarrón que te encuentras en el supermercado pero está acompañada por morcillo de ternera, albóndigas y tomate que han estado durante más de 10 horas a fuego lento.
La fama de los ‘Galácticos’
Como diría ese himno blanco ya en desuso, la fama de Totò e Peppino se la ha ganado con veteranos y noveles. Y se enorgullecen de haber sido anfitriones de numerosos comensales anónimos y también de personalidades como Cristiano Ronaldo o la cantante Aitana.
Pero su historia se remonta a la época de los ‘Galácticos’ del Real Madrid. Entre el año 2007 y 2012, sus pizzas estaban presentes en el Estadio Santiago Bernabéu, pero de manera discreta. No contaban con un corner ni vendían, sino que formaban parte de una tradición que tenían jugadores como Zidane, Iker Casillas o David Beckham, que tomaban una de sus pizzas después de cada partido. Eso sí, "tenían que estar diez minutos antes de que acabara el juego, para reponer fuerzas de inmediato", confiesa Salvatore Romano. Una noticia que saltó a los medios y catapultó la notoriedad de un restaurante que ya iba muy bien.
Recetas para sus pizzas que nacen en Nápoles, que se cocinan en su majestuoso horno de leña y que están hechas con la memoria de la abuela, el trabajo de una familia y una dosis generosa de amor por la cocina italiana más auténtica. Un legado que continúa, ya que los sobrinos de Salvatore, Simone Romano y Luigi Foria, forman parte del equipo y aportan ese conocimiento en la cocina.
De nuevo te encuentras con una gran variedad de pizzas, desde las clásicas a las blancas y las "pizzas de la casa". Una veintena de elaboraciones para todos los gustos y que te costará decidir. En nuestro caso nos salimos de lo clásico para probar una buenísima pizza blanca Pistacchio (18 €), con mozzarella Fior di latte, albahaca, aceite de oliva, mortadella de Bologna, salsa de pistacho y crumble de pistacho. !Por algo el pistacho está de moda! La masa, esponjosa y perfectamente cocinada para que el corazón no se quede aguado.
Si Totò e Peppino lleva más de 20 años en boca de todos, si por sus mesas ha pasado la flor y nata nacional e internacional, no vas a ser tú menos y por un ticket medio de unos 30 € disfruta de la auténtica cocina napolitana y de sus pizzas sin salir de la capital.
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