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Katy Mikhailova

Tatuajes solares o el arte de ser un imbécil

Los efectos secundarios de las quemaduras son nefastas. Lo llaman sunburn art.

Los efectos secundarios de las quemaduras son nefastas. Lo llaman sunburn art.
Tatuaje solar | Imagen de televisión

Si de por sí el tatuaje es una forma de sellar tu piel para el resto de tu vida, haciéndote esclavo de una decisión estética puntual, lo del tatuaje solar ya me parece una aberración. A priori parece que esto último es mejor que lo primero, ya que se supone que los tatoos son para toda la vida, pero sinceramente los efectos secundarios de las quemaduras son nefastas.

Y me planteo, nuevamente, qué diantres ocurre con el "buen gusto" en nuestra sociedad. Y me cuesta entender eso de que la belleza es universal; que todos sepamos apreciar la belleza de Irina Shayk, el placer de comer jamón de bellota acompañado de un Carraovejas o el gusto de conducir un Mercedes, y que en esas cosas tan particulares la subjetividad contaminada por una cultura estropeada haga que miles de personas crean que llevar un pendiente debajo del labio a lo Tania o una mariposa en la espalda en color rojo -no de Pablo, sino de que te ha parido básicamente una gamba- es bonito y original, cuando de original tiene más bien poco. Pero no voy a escribir nuevamente sobre los orígenes de los tatoos ni de los piercings.

Me pregunto cuánto daño ha podido hacer Mujeres y Hombres y Viceversa -al menos saben que "viceversa" es con V- marcando tendencias entre ciertos jóvenes o si tal vez esos hombres y mujeres son víctimas del "chonismo" de un estrato social determinado. Que ni Lomana yendo a la isla de Supervivientes ni Amancio democratizando la moda son suficientes para que se den cuenta de que los pantalones cortos que enseñan el final de culito no son ni pantalones ni cortos, sino una especie de bragas en tejido denim aptas para féminas sin gusto. Pero los sociólogos de la moda, o sea, las redactoras-jefe de las revistas de moda, dirán que es tendencia. Yo digo que es una aberración. Con todas estas últimas aberraciones tan trending como la de llevar unicejo pintándotelo, teñirse el pelo de gris o forrarte los dientes con cristales de Swarovski.

Lo llaman sunburn art. Yo lo llamo el arte de ser gilipollas, pero cada quien elige el término que usar para definir este tipo de prácticas virales que te pueden dejar marcas para toda la vida. Marcas que no le serán fiel al diseño original, por si alguno se piensa que la mariposita de la espalda seré siempre mariposita y no un esperpento que simula una mancha de nacimiento.

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