Así son las velas de Cire Trudon, las más lujosas y exclusivas del mundo
Cuentan con 380 años de historia, fueron las velas favoritas de Luis XIV y son capaces de hacernos viajar a lugares remotos a través del olfato. Estas son las velas más lujosas y exclsuivas del mundo.
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En 1643 Claude Trudon comenzó a proveer de cera y velas a sus clientes de la rue Saint-Honoré de París y a las parroquias circundantes. Con el tiempo se convirtió en la proveedora de velas de gran parte de las parroquias y catedrales de Francia por la fragancia que desprendían durante la misa, algo que cautivó a los feligreses, que empezaron a adquirirlas para sus hogares. Su fama no tardó en llegar a palacio y así Cire Trudon se convirtió en proveedor de Luis XIV.
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Las abejas fueron las que inspiraron el lema en latín de la casa “Deo regique laborant”, que significa “Trabajan para Dios y el Rey”. Cire Trudon elaboraba sus velas y cirios para la corte de Luis XIV, Versalles y posteriormente para la corte imperial de Napoleón, quien el día del nacimiento de su hijo le regaló un cirio Trudon incrustado con tres monedas de oro.
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Las velas de Cire Trudon están consideradas como las más lujosas del mundo por su calidad artesana, excelencia, y presentación majestuosa. Las velas se realizan de manera artesanal en Normandía, con pasta de cera realizada a base de sustancias vegetales, sin parafina y con mechas de algodón puro de primera calidad las cuales se eligen y cortan según la cantidad de cera que se incluya y el diámetro del vaso de cristal, que se elabora de forma artesanal en Vinci, en plena Toscana italiana.
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La vela, que requiere horas de trabajo para que arda bien y de forma homogénea, propague su fragancia como se espera, no haga humo y no titile, siempre se quema al completo y sin dejar restos pegados en el vaso. Eso sí, para garantizar que se consume perfectamente y evitar que salga humo, es esencial cortar la mecha tras cada uso. No se quedan pegadas al vaso y tienen una duración de entre 65/70 horas.
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Su gama de productos es muy variada, desde velas, pasando por los bustos de personajes históricos como María Antonieta o Napoleón Bonaparte. También han realizado colaboraciones especiales con Maître Tseng creador de "La Maison des Trois Thés", la mayor bodega de té del mundo situada en París, todo un santuario para entendidos y profesionales, o con profesionales de la moda de lujo como Balmain o Giambattista Valli.
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En cuanto a su gama, las más curiosas son la vela “Carmélite” con toques de musgo fresco que recuerdan a las antiguas paredes de piedra de claustros y conventos o “Spiritus Sancti”, con notas de incienso y muguet, que recrea el perfume del altar de una catedral.
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También destacan las orientales inspiradas en el imperio otomano o en el antiguo Egipto; las florales inspiradas en Josefina, primera mujer de Napoleón y las cítricas que incluye una vela inspirada en la fragancia de la habitación de la marquesa de Pompadour, amante de Luis XIV, con notas de verbena, citronella, limón o rosa.
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A día de hoy, sus gamas de aromas de velas están relacionados con algún espacio, lugar o situación incluso hacernos viajar a lugares remotos a través del olfato. Son auténticas experiencias olfativas realizadas con los más prestigiosos maestros perfumistas. En Francia, a Trudon, se le considera “Empresa del Patrimonio Vivo” a la que pertenecen otras marcas de lujo tan reconocidas como Chaumet, Hermès, o el Bristol Hôtel de París.
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