Hollywood agacha la cabeza y hace movimientos en silencio mientras se sucede la crisis libia. Saadi al Gadafi, hijo del dictador libio y ex futbolista reconvertido en hombre de negocios, está vinculado en calidad de productor con diversas producciones en la meca del cine gracias al dinero del clan. Saadi ha apoyado públicamente a su padre en diversas declaraciones después del inicio de las revueltas y la situación de guerra civil.
Según la edición internacional del New York Times, Saadi invirtió 100 millones en Natural Selection, productora de Mathew Beckerman. Beckerman causó un verdadero revuelo el año pasado, cuando anunció nada menos que en Variety la obtención de los fondos, cuando la sangre no corría por las calles de Libia.
El fruto más importante de la asociación fue The Experiment, un remake de un reconocido filme alemán homónimo, que en su versión americana protagonizaron Adrien Brody y Forest Withaker y que aún no se ha estrenado en España -en diversos países vio la luz directamente en formato doméstico gracias a Sony-. A lo largo de los últimos días, el nombre de Beckerman y Natural Selection fue borrado literalmente del documental Live at Preservation Hall: Louisiana Fairytale, que se estrenaba el viernes pasado en Texas. Los productores del mismo trataban de hacer desaparecer todo rastro de conexión con Beckerman y, por extensión, la familia Gadafi.
La Agencia William Morris, relacionada con la distribución del filme de temática criminal The Iceman -que iba a ser la próxima y mayor producción financiada con dinero del clan- se ha desvinculado del mismo sin hacer mayores comentarios. Actores como James Franco, Benicio del Toro y Mickey Rourke aparecían vinculados al proyecto. Es similar el caso de Isolation, otro filme ya rodado y protagonizado por la hija de Susan Sarandon, Eva Amurri. Sus productores no contestan a las llamadas de la prensa.
Las olas afectaron también al mundo de la música. Artistas como Nelly Furtado, Mariah Carey, Usher y Beyoncé anunciaron la inversión en obras de caridad de los beneficios obtenidos en eventos de la familia del dictador libio -nada menos que dos millones de dólares, en el caso de esta última-.
Ahora, el futuro de la compañía es oscuro. Tras la retirada de apoyos, Beckerman se enfrenta solo a la ruina. Según NY Times, la actitud de Gadafi siempre fue “vehemente, cercana y comprometida” con los proyectos, con los cuales pretendía crear un puente entre Libia y EEUU. Unos puentes de los que ahora nadie desea acordarse.