La España de las piscinas de Jorge Dioni fue galardonado por el Gremio de Librerías de Madrid con el Premio Libro del Año en ensayo 2021. Seguramente, algún miembro del jurado se sintió identificado con eso de ser un pauer, es decir habitante de un PAU (Programa de Actuación Urbanística), un desarrollo urbanístico que fue definido como tal en un Real Decreto del año 1978. ¿Nació una nueva identidad social?
En el libro Dioni reflexiona sobre la forma de vivir de toda una generación, personas "de unos 45 años, todos los que fuimos a EGB, y que hace 20 querían formar una familia". Entonces, continúa, "el caminito que nos indicaron fue salir de la ciudad a los nuevos desarrollos". Cuando dice esto de "el camino que nos indicaron" aclara que no se refiere a ninguna conspiración, a que sean víctimas de ninguna ingeniería social, porque "lo conspiranoico siempre estropea los análisis". Dioni habla de "una confluencia de intereses'' y explica que la casas "eran más baratas", tenían "más metros cuadrados" y los entornos "lugares tranquilos, nuevos, sosegados…". A ello se le sumó que "era más sencillo conseguir una hipoteca porque las cajas de ahorros financiaban los proyectos".
Cuenta el autor que la idea del libro le surgió tras comprobar en las elecciones de abril de 2019 que los PAU "eran naranjas", votaron en su mayoría al partido Ciudadanos. Esta asociación entre las preferencias electorales, digamos el centro, y el bienestar del PAU es el punto de partida de la obra. La relación entre arquitectura e ideología es apasionante y forma parte de la historia de la humanidad.
Durante la entrevista Jorge Dioni reflexiona sobre cómo afecta la forma de habitar a las relaciones sociales, cómo configura la comunidad, "Tomas Moro plantea su ciudad de casas iguales para personas iguales", dice. En el caso de los PAU el autor destaca el factor de la dispersión, el centro urbano pasar a ser algo ajeno, casi como un lugar al que ir de excursión. El epílogo del libro, habla de la anomia, el aislamiento del individuo y el cochismo. Sin embargo, las propias urbanizaciones de los PAU están llenas de vida, los vecinos conviven en espacios comunes como clubes o la piscina.
Dice la editorial
Durante los años del boom inmobiliario, se construyeron cinco millones de viviendas en España. La mayoría sigue el modelo de suburbio estadounidense. Son islas verdes —por las zonas comunes— y azules —por las piscinas— situadas en las afueras de las ciudades y en las que reside buena parte de la llamada clase media aspiracional de nuestro país. Jóvenes familias con niños pequeños. Los hijos y los nietos de la España vacía.
Estos barrios de nueva creación conforman lo que Jorge Dioni López denomina «la España de las piscinas». Un mundo hecho de chalés, urbanizaciones, hipotecas, alarmas, colegios concertados, múltiples coches por unidad familiar, centros comerciales, consumo online, seguro médico privado, etc. Un mundo que favorece el individualismo y la desconexión social y cuya importancia política es hoy fundamental, pues de él depende la evolución del mapa político, sobre todo, el voto conservador.
El debate sobre la vivienda y el territorio suele centrarse en temas como la gentrificación, el precio de los alquileres o el vaciado rural. La España de las piscinas pone sobre la mesa otra cuestión esencial: el análisis de nuestro principal modelo de desarrollo urbano y cómo ha transformado la manera de entender el mundo, las aspiraciones y la ideología de millones de españoles.