
El veterano remolcador A51 Mahón, que prestó servicio en la Armada española durante casi 45 años y que fue retirado del servicio durante el año 2024, se encuentra reposando en el fondo marino del Océano Atlántico. Lo hace después de prestar su último gran servicio, ser hundido a base de misiles y torpedos por otras embarcaciones de la Armada española como blanco del ejercicio aeronaval Sinkex 25, que se ha celebrado en las últimas horas al sur de las Islas Canarias.
Este ejercicio es uno de los más importantes que realiza la Armada cada año y simula un escenario de combate real, donde las embarcaciones terminan haciendo fuego contra un objetivo real, apoyadas por aeronaves del Ejército del Aire y el Espacio. Según han explicado desde la Armada, "es clave para fortalecer la capacidad operativa de las unidades navales, aéreas y submarinas de la Armada, al tiempo que permite entrenar el empleo de sistemas de armas en un entorno realista y de alta intensidad".
Este año han participado en el mismo las embarcaciones que integran el Grupo de Combate Dédalo 25 de la Armada: el BPE L-61 Juan Carlos I, la fragata F103 Blas de Lezo, el Buque de Asalto Anfibio (BAA) L-51 Galicia y el Buque de Aprovisionamiento de Combate (BAC) A-15 Cantabria. También otras unidades navales como la fragata F101 Álvaro de Bazán, la fragata F81 Santa María, el Buque de Asalto Anfibio (BAA) L-52 Castilla o el submarino S81 Isaac Peral.
Precisamente, el S81 Isaac Peral ha sido uno de los que ha hecho blanco contra el remolcador. Ha lanzado un torpedo por primera vez contra un objetivo real, en el que es otro de sus hitos superados en sus últimas pruebas antes de entrar en lo que se denomina en la Armada como alta disponibilidad, es decir, antes de estar plenamente operativo, lo que se espera que ocurra este próximo mes de julio. Será así el primer submarino de la clase S-80 en entrar en servicio.
Testigo de excepción de todo esto ha sido la Princesa de Asturias, Leonor de Borbón, que el sábado embarcó en la F103 Blas de Lezo. En esta embarcación va a pasar casi un mes para completar su formación militar, antes de volver a bordo del Juan Sebastián Elcano para concluir el crucero de instrucción. Con la Blas de Lezo formará parte del Grupo de Combate Dédalo 25, navegando por aguas del Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo. Precisamente el grupo ha zarpado este lunes rumbo a Ceuta y Melilla.
Este periodo de integración coincide con el hueco en la agenda que ha abierto una vez que el XCVII crucero de instrucción de la Armada llegó a Nueva York (Estados Unidos) tras más de cinco meses de navegación por el Océano Atlántico, el Océano Pacífico y el Caribe, en el que pararon en 14 puertos y visitado ocho países. Mientras sus compañeros vuelven navegando, ella permanecerá a bordo de la fragata.
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