
El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky ha aprovechado su tercera visita oficial a nuestro país para asegurar que Ucrania mantendrá el paquete anual de 1.000 millones en cooperación militar que se pactó en el acuerdo de seguridad España-Ucrania firmado en mayo de 2024 y que abarca una extensión temporal entre 2024 y 2034. El objetivo es seguir manteniendo el nivel de resistencia más óptimo posible ante la invasión rusa.
Ha insistido asimismo en una de las grandes carencias que tienen sus fuerzas armadas en estos momentos a la hora de combatir los ataques ucranianos. Se trata de los sistemas de defensa antiaérea y radares avanzados, que hacen frentes a los misiles y drones que lanza en oleadas el ejército de Moscú. España es actualmente el quinto país aliado que más sistemas de este tipo ha donado al ejército ucraniano: siete sistemas Hawk y un sistema Aspide.
Zelensky ha trasmitido al Gobierno de España que necesita más sistemas de intercepción y radares para proteger tanto a la población civil como a sus principales nodos energéticos. De hecho, el Gobierno de Pedro Sánchez también ha venido donando generadores de energía al Ejecutivo de Kiev desde el inicio de la invasión rusa. También ha pedido una relación más estrecha con la industria de Defensa española.
Precisamente, coincidiendo con esta petición, se ha acercado hasta la sede de Indra, la que ha sido designada por el Gobierno como empresa tractora de la defensa nacional, junto a la ministra de Defensa, Margarita Robles, para tener un encuentro con una docena de empresas punteras españoles. Y allí ha visto también, de primera mano, algunas de las soluciones que se le proponen desde España para repeler los ataques aliados.
Indra ha presentado al presidente ucraniano las posibilidades que ofrece el radar LTR-25, una de sus soluciones más avanzadas para vigilancia aérea. Ofrece detección de drones, aeronaves de baja firma y amenazas que vuelan a baja cota, factores críticos para Ucrania. Su despliegue ya ha demostrado eficacia en operaciones de la OTAN y se ha convertido en un activo codiciado en el entorno europeo.
La compañía también mostró el sistema antidron Aracne, desarrollado junto a Escribano EM&E, que integra sensores de distintas familias con inhibidores y estaciones de armas para neutralizar amenazas de forma automática. Este tipo de tecnología resulta especialmente relevante para Kiev, dado que los ataques mediante enjambres de drones rusos se han convertido en un elemento habitual del campo de batalla y exigen defensas flexibles y de rápida respuesta.
Por último, Zelensky ha conocido las prestaciones de un UGV (vehículo terrestre no tripulado) equipado con un radar compacto NEMUS-AESA capaz de detectar proyectiles y drones, diseñado para integrarse en sistemas C-UAS (sistema antidrón), de un sistema modular ODIN-I con estación de armas controlada remotamente, desplegable en vehículos o remolques, o de los blindados URO Vamtac ST5.
Hay que recordar que Escribano EM&E y Indra son dos de las empresas españolas con una relación más estrecha con Ucrania. La primera ha vendido su torre robotizada Guardian 30 para ser incorporada a blindados de fabricación soviética. La segunda, estuvo negociando su posible instalación en el país durante la visita del ministro ucraniano de Industrias Estratégicas, pues los ucranianos están muy interesados en sus drones y sus sistemas de contramedidas.
También ha habido otras empresas españolas que han exportado su material a Ucrania, que van desde Instalaza y sus conocidos sistemas de lanzacohetes portátiles –los primeros en llegar al Ejército de Kiev fueron enviados por un gobierno báltico– a Fecsa, experta en material de seguridad como chalecos, cascos o botas y cuya material ha sido enviado a Ucrania tanto por el Gobierno de España como por otros gobiernos europeos.

