El Athletic de Bilbao se encontrará con el BATE Borisov en la segunda jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, en busca de un triunfo que sirva como válvula de escape para un comienzo de temporada que se ha torcido en las últimas semanas. El conjunto vasco suma cuatro puntos en la Liga, después de haber perdido cuatro partidos en seis jornadas, y las dudas no han parado de crecer.
El conjunto bilbaíno ha desdibujado la gran imagen que dejó la temporada pasada. Sólo se pudo ver su mejor versión ante el Nápoles en la previa de la Champions y en la primera jornada de Liga ante el Levante. A partir de ahí, las dudas se han apoderado del conjunto de Ernesto Valverde. Sufrió un serio revés tras caer en casa ante el Granada (0-1) y se dejó remontar un partido controlado ante el Rayo Vallecano. Días después, los rojiblancos fueron incapaces de pasar del empate en casa ante el Eibar (0-0). Enlazaron dos jornadas consecutivas sin ver puerta en casa, algo que no sucedió en ninguna ocasión la pasada campaña.
En el trasfondo de todo está la dificultad de Valverde para encontrar un sustituto de garantías para Ander Herrera. El centrocampista se marchó al Manchester United este verano y parece que con su marcha la estabilidad del equipo se ha venido abajo. Beñat ha sido el futbolista más utilizado para ocupar su posición, pero todavía no ha adquirido la relevancia que tuvo en el Betis. También se ha apostado por Muniain en una posición más centrada o los jóvenes Aketxe y, sobre todo, Unai López, un jugador sobre el que el entrenador guarda grandes experiencias.
Un punto de nueve posibles ha encendido las alarmas en el conjunto de Lezama que, además, este año tiene que afrontar el esfuerzo de jugar en Europa con una plantilla corta y con la confianza baja. Por eso, el viaje a Bielorrusia se antoja clave para el Athletic, la manera de no agravar una situación delicada justo antes de afrontar la complicada salida al Santiago Bernabéu.