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El efecto imprevisto de la amnistía: el separatismo recupera la unidad y ERC sentencia a Illa

Los independentistas negocian apoderarse de la Mesa del 'Parlament' y Marta Rovira promete que no harán presidente de la Generalidad al líder del PSC.

Los independentistas negocian apoderarse de la Mesa del 'Parlament' y Marta Rovira promete que no harán presidente de la Generalidad al líder del PSC.
El Congreso ha aprobado este jueves, con 177 votos a favor y 172 en contra. En la imagen, Oriol Junqueras (ERC)y Jordi Turull (Junts) EFE/ JJ Guillen | EFE

Por una vez, la presidenta y portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, y el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, renunciaron a mostrar lo mucho que se "odian" en representación de sus partidos en sus discursos previos a la aprobación de la ley de amnistía. Tanto los de Puigdemont como los de Junqueras dejaron de lado su tradicional enemistad y se centraron en celebrar la victoria del independentismo.


Consideran que con la amnistía el Estado reconoce que fue un error recurrir a la vía judicial para frenar el golpe de Estado de otoño de 2017 y pone el contador a cero de cara a iniciar una nueva ofensiva para lograr la independencia. En todos los mensajes de Junts y ERC se incide en que la amnistía no es el final del camino y el fin del proceso, sino una parada más en el recorrido hacia el reconocimiento de Cataluña como nación y, en consecuencia, la celebración de un referéndum de autodeterminación. Lo expresó Rufián de modo harto gráfico: Próxima parada, el referéndum.


La novedad respecto a la etapa previa a la amnistía es que ERC y Junts parecen dispuestos a entenderse de nuevo para poner contra las cuerdas al Gobierno de Pedro Sánchez y al Estado entero. De ahí que hayan empezado las negociaciones para hacerse con la presidencia en la Mesa del 'Parlament' a fin de que Carles Puigdemont pueda intentar su investidura, dado que quien decide sobre esa cuestión tras evacuar consultas con los grupos es el presidente de la cámara.


También calibran el efecto del regreso de Carles Puigdemont aunque no se haya suspendido la orden de detención por efecto de la amnistía. Sopesan poner a los jueces en un brete puesto que si deciden actuar contra el prófugo lo harían ante un candidato a la investidura de presidente de la Generalidad que además es socio y sostiene a Pedro Sánchez en el Gobierno.


Como es sabido, los fiscales del juicio contra los golpistas en el Tribunal Supremo han adelantado que la malversación de la que se acusa a Puigdemont y por la que se condenó e inhabilitó a Oriol Junqueras no cabe en la amnistía, razón por la que se debería actuar judicialmente para que como mínimo Puigdemont depusiera ante el magistrado del Supremo Pablo Llarena, instructor de la causa del golpe separatista.

Marta Rovira al mando


En ERC es Marta Rovira quien cubre el vacío de poder dejado por la renuncia a recoger su acta de diputado de Pere Aragonès, el presidente de la Generalidad en funciones y por la intención de Junqueras de dejar su cargo de presidente del partido tras las elecciones europeas a fin de volverse a presentar en el congreso extraordinario que prevé celebrar el partido en octubre o noviembre. Entre los republicanos cunde la idea de que hay que pegar un volantazo para frenar la sangría electoral y ese volantazo pasa por dejar de presentarse ante la opinión pública como una fiable muleta de los socialistas. "En este momento no haremos presidente de la Generalidad a Salvador Illa", ha declarado la dirigente republicana en una entrevista en la emisora Rac 1


De ahí que se hayan iniciado ya los contactos con Junts para recomponer junto a la CUP la perdida unidad separatista. En el PSC ya no tienen tan claro como el día después de las elecciones que Salvador Illa vaya a ser investido presidente de la Generalidad y que pueda gobernar en minoría. Todo lo que le han ofrecido a ERC, como el mantenimiento de su trama de cargos intermedios en la administración autonómica o la presidencia del 'Parlament' también está incluido en la oferta de Junts. Además, ERC ha recurrido al comodín de las bases para ratificar cualquier acuerdo al que se pueda llegar. Y Puigdemont no es plato de gusto entre la militancia de ERC, pero aún menos el socialista Salvador Illa, al que se considera "constitucionalista".

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