Grito de alarma en el independentismo. El 44,6% de los camareros de Barcelona no habla catalán y uno de cada cinco tampoco lo entiende. Son datos de una encuesta anual del Ayuntamiento de la capital catalana que el grupo municipal de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se ha propuesto revertir. Cuenta para ello con la colaboración del Gremi de Restauració y con un plan de "sensibilización" que pasa por impartir formación en catalán al tiempo que se catalanizarán la señalización interna y externa de los establecimientos, las páginas webs y las cartas.
El proyecto lingüístico para la catalanización de la hostelería se presenta este viernes en el pleno municipal y ERC espera contar con el apoyo de todos los grupos, pues su jefa y a la vez secretaria general del partido, Elisenda Alamany, considera imprescindible que tanto los barceloneses como los turistas, sean del resto de España o del extranjero, sean atendidos en catalán. A tal efecto, también se prepara un "vocabulario catalán básico ilustrado" que se pondrá a disposición de los trabajadores del sector y de los clientes.
El proyecto es sumamente ambicioso entre otras razones porque según la propia encuesta municipal el 52,1% de los trabajadores de la hostelería ha nacido fuera de España, un porcentaje que se eleva hasta el 57,5% en el caso específico de los restaurantes. La propiedad de los negocios de hostelería también está cambiando de manos a ritmo acelerado. Hace dos años, el 58,2% de los dueños era de nacionalidad española. Le seguían chinos, el 17,7%, italianos, 3,5% y argentinos, 1,9%.
Sin embargo, ERC y el Gremi de Restauració están dispuestos a que todos los camareros y camareras acierten a servir un café cortado cuando se les pida un "tallat" y a que el catalán figure como opción prioritaria en las cartas de todos los restaurantes, sean de la categoría que sean.
¿Será el servicio doméstico la próxima estación del independentismo en materia de lenguas?