
Una generación sola, saturada y enferma en silencio. Así retrata el informe internacional HBSC 2022 a los adolescentes españoles: más tristes, más cansados, más inseguros y más expuestos a conductas de riesgo que nunca.
Este estudio, promovido por la OMS y coordinado en España por la Universidad de Sevilla con apoyo del Ministerio de Sanidad, ofrece una radiografía precisa de la salud, los hábitos y el bienestar de 33.000 jóvenes de entre 11 y 18 años.
Mientras los datos se agravan, el Gobierno de Pedro Sánchez responde con su receta favorita: prohibiciones redundantes, anuncios huecos y medidas que solo existen para maquillar estadísticas. Mónica García, ministra de Sanidad, insiste en que los jóvenes "ya no beben ni fuman" y que vivimos un "cambio cultural". Pero los datos —los suyos— dicen exactamente lo contrario. Y lo más grave: no hacen nada.
La salud mental, en caída libre
Solo uno de cada cuatro adolescentes declara tener un bienestar emocional alto. Más del 38% sufre malestar psicosomático frecuente: dolor de cabeza, insomnio, tristeza, nerviosismo. El 15% afirma sentirse solo.
Los peores datos se concentran entre chicas, mayores de 15 años y jóvenes de familias con menos recursos. El informe evidencia que la salud mental de nuestros adolescentes está colapsando, sin que Sanidad ofrezca soluciones más allá de consignas.
Sexo precoz, sin protección: ITS y chemsex en aumento
Uno de cada tres adolescentes de entre 15 y 18 años ha mantenido relaciones sexuales con penetración. Aunque el uso del preservativo es mayoritario (65%), un 35% no lo utiliza y casi un 15% se limita a la "marcha atrás" como único método. Además, el 32% de las chicas sexualmente activas ha tomado la píldora del día después.
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) no dejan de crecer. Entre 2021 y 2023, la gonorrea aumentó un 42%, la sífilis un 24%. ¿La respuesta de Sanidad? Financiar preservativos para jóvenes entre 16 y 22 años con poco más de un euro por cabeza. Y financiar guías de chemsex —sexo bajo el efecto de drogas— que explican cómo inyectarse metanfetamina "de forma segura", ilustradas con cuerpos musculados y sonrientes. En vez de combatir el riesgo, lo institucionalizan.
Cannabis, alcohol y el doble rasero del Gobierno
El informe HBSC revela que el 17% de los adolescentes consume alcohol semanalmente y el 31% se ha emborrachado en el último mes. El cannabis sigue en ascenso, con consumos iniciados antes de los 15 años.
El informe ESTUDES 2024 ya advertía que el 92% de los menores en tratamiento por consumo de sustancias lo están por cannabis, y que su percepción de riesgo disminuye.
En este contexto, Mónica García —quien defendía la legalización del cannabis recreativo en la Asamblea de Madrid— ahora parece escandalizarse por el acceso al alcohol en supermercados. Se endurecen leyes contra el alcohol, como prohibirlo en conciertos "para todos los públicos", mientras se promueve la legalización del cannabis medicinal que, en la práctica, podría normalizar su consumo. Un doble rasero injustificable.
Una juventud que desayuna menos, duerme mal y se odia frente al espejo
Los hábitos básicos tampoco salvan el balance. Apenas el 55% de los adolescentes desayuna cinco días entre semana, y entre los mayores de 17 años el dato cae al 47%. Las chicas y los adolescentes con menos recursos son quienes menos desayunan.
El patrón se repite con el sueño: solo uno de cada cinco adolescentes de 17-18 años duerme lo suficiente. No hablamos de casos aislados, sino de una tendencia estructural que compromete su desarrollo físico y mental.
El deterioro de la imagen corporal completa el desastre. El 18,4% sufre sobrepeso u obesidad, especialmente chicos y jóvenes de familias con bajo nivel adquisitivo. Pero son las chicas quienes más se sienten insatisfechas con su cuerpo: el 40% de las adolescentes de 17 años se ve "demasiado gorda", frente al 23% de los chicos.
Pantallas, ansiedad y agotamiento escolar
El 9,3% de los adolescentes presenta un uso problemático de medios electrónicos, y la insatisfacción escolar crece a medida que avanzan en edad. A los 11 años, la mitad declara estar satisfecho con la escuela. A los 18, solo un 15%.
Las chicas son las más afectadas: agobio, ansiedad, presión académica y sensación de no llegar a todo.
Políticas públicas sin conexión con la realidad
El informe HBSC no solo señala déficits en salud física y emocional, sino también en equidad. En prácticamente todos los indicadores —alimentación, sueño, bienestar emocional, satisfacción familiar— los adolescentes de familias con menos recursos salen peor parados.
Frente a esta evidencia, el Gobierno de Sánchez responde con propaganda, parches normativos y guías ideológicas. Ninguna inversión sólida en salud mental, prevención de adicciones o educación sexual basada en evidencia.
Una generación desatendida
El informe HBSC 2022 dibuja un retrato claro: adolescentes cansados, mal alimentados, insatisfechos con su cuerpo, solos, ansiosos, conectados a pantallas, sexualmente activos, pero mal informados, y con un consumo de drogas que crece a la sombra de un discurso oficial plagado de contradicciones. Y la respuesta institucional no es más que maquillaje, titulares y leyes redundantes.
Los datos son claros. Y si no se actúa, esta será la generación del malestar crónico. No por culpa de TikTok, sino de un Gobierno más preocupado por disfrazar la realidad que por enfrentarla.