Las próximas elecciones europeas que se celebran el 9 de junio pueden tener una importancia decisiva en la política nacional: con un Gobierno que en la práctica no tiene mayoría en el Parlamento el resultado podría precipitar el final de la legislatura.
En este sentido, es importante apuntar que el resultado de cada partido debe compararse con el obtenido el 23J más que con el de las europeas de 2019, de las que han pasado cinco años y que se celebraron en un contexto político completamente distinto.
Teniendo eso en cuenta, la primera de las cinco claves importantes de estas elecciones son la previsible victoria del PP, que no está del todo asegurada porque en las últimas semanas los populares están retrocediendo y, además, suelen acabar mal las campañas.
La segunda sería el aguante que, al menos en las encuestas, está demostrando el PSOE, que se mantiene gracias en buena medida al zarpazo que le da a Sumar. El batacazo del partido de Yolanda Díaz es la tercera de estas claves: la formación de ultraizquierda podría quedarse emparedado entre un PSOE que cada vez hace políticas más radicales y un Podemos que se presenta a estas elecciones y tiene casi asegurado el escaño de Irene Montero y un porcentaje de voto suficiente para hacerle daño a los de Díaz.
La cuarta clave es si Vox conseguirá aguantar o si sufrirá una caída significativa. Los de Abascal pueden caer por debajo del 10%, lo que tras haber estado por encima del 12% en las elecciones de julio marcaría una tendencia muy peligrosa. Por último, hay que estar atentos a la entrada de nuevos partidos que, con una propuesta muy antisistema y en unas elecciones que siempre dan más oportunidades al voto cabreado, pueden llegar a conseguir representación en el Parlamento Europeo.


