Las cosas se le están poniendo más difíciles que nunca a Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno se enfrenta a una serie de problemas que, si nos dejamos llevar por el optimismo, nos hacen pensar que incluso podía ser el último otoño en el que siga como inquilino de Moncloa.
Para empezar está la ruptura con José Luis Ábalos que, al menos aparentemente, se ha escenificado esta semana. Está por ver si el exminisitro y exsecretario general del PSOE cumple sus amenazas, pero desde luego es una piedra más en el zapato del presidente.
Mucho más preocupante es el problema que tendrá en el Congreso, puesto que si no ocurre nada muy extraño el Gobierno ha perdido ya definitivamente la débil mayoría parlamentaria que tenía, según el día, hasta ahora.
Y es que Junts no tiene ningún aliciente para seguir apoyando a Sánchez, más bien al contrario lo que les interesa es colocarse en la oposición en Madrid, ya que les han colocado en la oposición en Cataluña, y es imposible enfrentarse a Illa en Parlament y no enfrentarse a Sánchez en el Congreso.
Además, aunque es menos previsible también está por ver el papel que quiera jugar Podemos, que también podría querer apartarse de un Gobierno en crisis y convertirse en referencia de la izquierda "auténtica", arrebatándole ese papel a Sumar.
No obstante, quizá lo más complicado para Pedro Sánchez sea el plano judicial: los tres casos ya en marcha –el de Koldo y Ábalos, el de su hermano y el de su mujer– avanzarán durante este otoño y le pueden suponer muchos problemas al jefe del Ejecutivo y, quién sabe, quizá incluso un suplicatorio que sería una auténtica bomba política.
Y por si todo lo anterior fuese poco, también tendrán que enfrentarse a la tramitación del Concierto catalán y a la descomposición de Sumar, que sin duda también puede llegar a ser un problema de envergadura.
¿El último otoño de Sánchez? Es optimista decirlo, sin duda, pero tampoco se puede decir que no sea razonable esperarlo.


