El PSOE ha pasado de suspender la militancia de los expresidentes andaluz Manuel Chaves y José Antonio Griñán a ovacionarlos durante el 41º Congreso del PSOE. Su rehabilitación se ha producido tras unas sentencias del Tribunal Constitucional, controlado por Cándido Conde Pumpido, que, en vez de ejercer como tribunal de garantías como tiene estipulado, ha decidido actuar como órgano de casación.
La recuperación de su figura se produce a la par que el PSOE se ve asediado por los escándalos y busca crear un relato exculpatorio en el que todo es un complot mediático-judicial para acabar con ellos. Este ideario victimista se ha podido evidenciar en el informe de la gestión del secretario de organización, Santos Cerdán, que ha acusado a "la máquina del fango" de "tergiversar declaraciones, crear bulos" en "programas en prime time, programas de radio, digital" e "incluso en sede de judicial".
Hasta ahora, los socialistas hablaban del lodo y de la máquina del fango para atacar a los medios de comunicación críticos. La novedad es que ahora mencionan a los jueces dentro de este entramado. El diputado navarro ha ido más allá y ha detallado una especie de "industria del odio" que "genera bilis y caos" para "enfrentar a ciudadanos y territorios" dentro de "una sacudida reaccionaria" que "no va de valores e ideas, sino de privilegios".
El número tres del partido ha asegurado que "nos están difamando y atacando al entorno personal sólo por ser nuestra familia". E incluso ha comparado la situación actual con el franquismo. "Antes sufríamos cárceles, ejecuciones y exilio. Ahora están asediando nuestras casas del pueblo", ha terciado ante los 5.000 delegados e invitados. "Van a por nosotros", ha gritando en mitad del plenario durante la apertura oficial del Congreso y con Pedro Sánchez en primera fila asintiendo.
Más escueta en este ámbito ha sido la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, quien ha dedicado un fragmento de su discurso a criticar "a la ultraderecha" por usar "bulos y denuncias falsas". La número dos del partido ha evidenciado el miedo que existe en Ferraz a que esta cascada de escándalos desanime a las bases. "Quieren que se hable de corrupción fundamentada en falsedades para que nuestros votantes se alejen de la utilidad de la política y de lo pública", ha asegurado.
También el líder de los socialistas andaluces, Juan Espadas, que ha ejercido como anfitrión en este Congreso celebrado en Sevilla, ha asegurado que Sánchez está sufriendo ataques para derribarlo. "Te van a seguir atacando con titulares, con denuncias falsas sin pruebas, usando a la familia. Tú y yo sabemos bien", ha asegurado que ha prometido que "no nos vamos a doblegar".
Ni rastro de autocrítica. Ni una sola intervención condenando la corrupción del exsecretario de organización del PSOE y exministro de Transportes, José Luis Ábalos, y su amigo Koldo García. Ni un solo reproche a la poca ética de Begoña Gómez al hacer desde la Moncloa negocios privados y pedir patrocinios.
Los sindicatos hablan de "lawfare"
En esa línea también ha ido el secretario general de CCOO, Unai Sordo, que ha asegurado que Sánchez, tras practicar una política "razonablemente de izquierdas que ha ido bien" , ahora lo "esta pagando caro" porque "sufre el ataque de los poderes fácticos y las iras del denominado Estado profundo". El sindicalista ha sido el encargado de hablar, por primera vez, de "lawfare", aunque ha apuntado que este término ya "le parece hasta naif". "Es una reacción que no conocíamos desde hace 43 años", ha asegurado volviendo a retrotraerse al franquismo.
Casi idéntica ha sido la intervención del líder de UGT, Pepe Álvarez, que acaba de ser reelegido al frente del sindicato en un acto en un Congreso en el que participó el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. No ha pasado ni una semana y Álvarez ha optado por atacar a la derecha afirmando que "el único sindicato que les interesa es Manos Limpias que ni es sindicato ni tiene las manos limpias".
El sindicalista ha asegurado que se "están abriendo investigaciones prospectivas", pese a que el TSJM ha avalado la investigación del juez Peinado contra Begoña Gómez. Álvarez ha seguido atacando las querellas porque "están basados en bulos, mentiras, recortes de prensa" y "acosando a esposas, hermanos" con el único objetivo de "intentar derrocar a este presidente"
Ya por la tarde, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero ha elogiado los indultos encubiertos a José Antonio Griñan y Manuel Chaves aprobados por el Constitucional. "La decencia y la verdad, antes y después, se abren camino", ha afirmado sobre el caso de los ERE. Sobre Begoña Gómez, Zapatero ha condenado esos "ataques, esa deshumanización" y ha afirmado que en la derecha "están excitadísimos". Como receta ha recomendado "contención, calma y prudencia" A su lado, María Jesús Montero ha reconocido que "nos atacan excesivamente pero pondremos las cosas en su juicio".
Una sola queja
La única queja tras el informe de la gestión se ha producido por parte de una delegada perteneciente a la corriente interna de Izquierda Socialista. La mujer ha levantado la mano y ha pedido "más participación". Espadas ha optado por despacharlo con un lacónico: "Quedará constancia, compañera". A continuación ha dado por aprobado el informe, pese a que no ha habido ninguna votación y delegados como Emiliano García Page habían declinado asistir a este plenario.
Los cinco mil delegados se ponían en pie en varias ocasiones. La primera cuando la líder del PSPV, Diana Morant, ha pedido el cese del presidente valenciano. El auditorio del Fibes ha estallado en un grito colectivo de "Mazón dimisión" que se ha prologando durante varios minutos. También tras la exhibición de un vídeo con música de tensión y heroica que comenzaba con Franco en blanco y negro.
Tras caerse un muro, comenzaban las imágenes en color con los hitos de los diferentes Gobiernos socialistas. Desde Felipe González a Pedro Sánchez y pasando por Zapatero y con frases de exministros ya fallecidos como Carme Chacón, Alfredo Pérez Rubalcaba, Manuel Marín o Ernest Lluch. "Pedazo vídeo", ha elogiado María Jesús Montero ante unos militantes socialistas muy emocionados.