Batallas de LAS NAVAS DE TOLOSA - 800 Aniversario de esta batalla crucial para España y Europa. Olvidar la historia es repetir los errores del pasado. Interpretación libre. s/t

Entre las huestes del bando cristiano,había mercenarios musulmanes y entre los ejércitos musulmanes,había mercenarios cristianos.

En otro orden de cosas pero relacionado con el tema,el propio Rodrigo Díaz de Vivar en muchas etapas de su vida fue mercenario de reyes moros.

Otro punto de vista,otro prisma.

Un saludo

https://www.boe.es/boe/dias/2014/12/11/pdfs/BOE-A-2014-12886.pdf

Es algo largo pero muy elocuente.

Enviado por euterpe en 2012-30-03 19:28
érase una vez un hombre, el Sr. Biedermann (bieder –
honesto, Mann – hombre)
ciudadano de la clase media, fiel cumplidor de las
leyes del Estado y de la pacífica
convivencia con los demás, seguro de si mismo y
auto-complaciente, instalado en el
conformismo y en el intento de evitar cualquier
conflicto, a veces, por miedo, también
es un poco cobarde y mentiroso. Por otra parte, sin
embargo, en sus buenas
intenciones no siempre ve las consecuencias de sus
actos que no siempre son buenas
sino a veces incluso nefastas.

Un día cualquiera, este hombre, conmovido por la
compasión y bajo un poco de presión
e intimidación, acoge en su casa a una pareja de
incendiarios, presuntos causantes de
una ola de incendios en la ciudad. Cuando ve que sus
invitados van trayendo bidones de
gasolina, preparando mechas etc. no saca la
conclusión lógica que debería, o sea que
están preparando un incendio y que incluso su propia
casa puede ser
el destinatario del siguiente, sino, comprensivo como
es, intenta hacer todo para que
sus invitados se sientan a gusto y que nada les
contrariara ni perturbara.

Epílogo:
Cuando el hombre y su mujer mueren creen haber
llegado al cielo porque ¿acaso no
habían observado estrictamente los 10 Mandamientos,
no habían sido ciudadanos
ejemplares y buenos y, sobre todo porque son
completamente inocentes del incendio
que ha destruido toda la ciudad.
Sin embargo, se encuentran con Beelzebub y con el
mismísimo diablo, o sea están en
el infierno.
Entonces, ante su protesta por este evidente error, el
diablo les cuenta que entre el
Cielo y el Infierno se había producido un
enfrentamiento a causa de la amnistía que el
cielo había concedido a todos los altos dignatarios de
la sociedad o sea, a todos los
asesinos y delincuentes que iban de uniforme,
mientras que al infierno se mandaron a
todos los pensadores, los objetores de conciencia y
desertores y los pequeños
delincuentes y esa es la razón por la que ellos dos
están aquí, en el infierno.

Sin duda y sin gran esfuerzo los lectores reconocerán
la alusión que Max Frisch hace a
una sociedad del pasado, a la alemana antes y
durante los 12 años funestos del
nazismo como también reconocerán en la obra el fiel
reflejo de una sociedad occidental
cualquiera y en el Sr. Biedermann un hombre
cualquiera, un ciudadano ejemplar,
políticamente correcto, como uno más de una gran
mayoría.

Moraleja: en el pasado ha habido y en el futuro habrá
sociedades que están
amenazadas por dictaduras totalitarias y que ante el
peligro eminente/evidente el
ciudadano medio de a pie reacciona como el personaje
de la obra, o sea de forma
pasiva, ingenua, irresponsable, ya sea porque no ve
ningún peligro, ni lo percibe o lo
ignora o bien porque comparte los objetivos de sus
gobernantes, los responsables
políticos que - por acción u omisión - van a establecer
una “dictadura”, la suya, aunque
esa fuera escondida debajo del manto de una
democracia.

En la actualidad cuando cualquier ciudadano, con datos
fehacientes en la mano,
advierte de la amenaza, del peligro que la invasión
incontrolada lenta, sin prisas ni
pausas de musulmanes supone para las democracias
occidentales entonces, en el mejor
de los casos, es llevado al tenebroso y siniestro rincón
del extremismo de derechas, de
la xenofobia y del racismo, en el peor cuando hace su
crítica al Islam en público, es
perseguido y/o su vida corre peligro y es asesinado."