Cada día se hace más patente la(+)

presencia abundante de perros por las calles, hasta el punto que ya lo normal es
encontrarse una persona acompañada de uno o más perros que una mujer o un hombre
o una pareja acompañada de un bebé en brazos o en cochecitos para niños. No deja de
ser un síntoma evidente de los resultados catastróficos que se está alcanzando con los
asesinatos de los campos modernos de exterminio de nasciturus, de inocentes no
nacidos. Y también una muestra evidente del modelo de sociedad del desprecio en la
que vivimos, desprecio que a veces hace pensar si es odio lo que se está generando,
implantando. Hubo un asesino implacable que respondía por Hitler que tenía consigo a
un perro pastor alemán y dijo en cierta ocasión que cuanto más amaba a su perro más
odiaba a las personas; a saber si es que muchos hoy están recogiendo el guante. Todos
esos defensores del aborto de inocentes no nacidos, sobre todo los que ya están sobre
los 30 años, a saber a quién van a reclamar una pensión cuando les toque la hora de la
jubilación. Los asesinos han tenido mucha presencia siempre a lo largo de la historia. Y
ese partido nuevo que llaman jodemos traerá más de lo mismo.