Estos fanáticos atrofiados de ese partido(+)

político nuevo, que unos llaman podemos y creo más bien que es jodemos, están dando a entender
que no necesitan un servicio de comisaría política o policía secreta o servicio de inteligencia; se
ahorran ese servicio ya que son los mismos líderes los que lo llevan a cabo. Lo demuestra el caso del
que llaman Monedero o Pesetero que somete a sus alumnos a un control ideológico propio de
ideologías totalitarias. Este extremista es profesor de la Universidad Complutense y cada vez que
pienso que fui alumno de esa Universidad en tiempos de la dictadura pasada me cuesta creerlo; fui
alumno antes de lo que se llamó tardofranquismo, allá por los años sesenta, y jamás un profesor nos
sometió a ninguna maniobra política semejante. Es verdad que había movidas estudiantiles casi a
diario, en mis tiempos se vivió el caso de robo de sus cátedras a profesores de la talla de D. José Luis
López Aranguren, o D. Enrique Tierno Galván, entre otros, no hubo ningún muerto y ocupamos toda
la Avenida Complutense, pero no pasé jamás por un lavado de cerebro como el que practica este
totalitario de extrema izquierda. Y lo triste del caso es que nadie mueve hilos para separarlo de la
Universidad. Lo curioso de todo esto es que como alumno en aquellos años sesenta, a pesar del acoso
policial implacable de aquellos tiempos, no pasé miedo y ahora que no soy alumno ni estoy por
aquellos parajes, no solo me da miedo sino terror lo que se está viviendo.