Excretando en "Le Point"

Ir a explicar a un parisino que Cataluña es tratada como una colonia de España, y que el camino a la independencia es irreversible, a parte de una risita cínica, les debe estar produciendo una alegría “cartesiana”, ya estarán pensando como rentabilizar ese hecho “diferencial” ibérico del cainísmo.

Que un pipiolo bien mandao, un tal Albert Polo, que ese de historia debe saber lo que yo de teología maya, hable con tanta autoridad sobre nuestras relaciones, con cuello Italiano y sonrisa “hermés”, raya en la idiocia, ni puta idea de lo que piensan los Franceses en general, y los Parisinos en particular de nuestros problemas internos.

Y lo que piensan, que se transfiere desde el casino militar de Paris, donde el patriotismo, la masonería y el control inexorable de una gran nación, es que no quieren, ni nadie ni nada, que les sea transferido como un problema “ajeno” y es que eso de andar por ahí explicando problemas de partido a los europeos, que están mucho mas preocupados de sus problemas que de el de los demás, es bregar en vano.

Ahora se acojen a esos “mini” estados que podrían ser, de Escocia, o Flandes, o Pais Vasco (Español), como antes lo hicieron con Québec o Estonia, y es que a los pastores, lo que no les gusta es que se esturreen los corderos, y van engrandeciendo los rebaños con la globalización, para que vengan unos muchachos vestidos de Gonzalo Comella, con su Inglés de colegio de pago, a explicarles milongas.

Lo que no se les puede negar a estos muchachos, es tenacidad, son mucho mas tenaces en lo de largarse, que la fuerza centrípeta de un estado débil, mandado por un jefe lisiado, que esa fuerza digo, muestra por defender la unidad de 500 años de historia, con algún episodio de por medio. Y claro si uno quiere, y el otro cuenta nubes, el que quiere, se lleva el gato al agua.

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