Hace algún tiempo pronostiqué aquí que(+)

la marejada griega iba a dañar severamente al cuentista de jodemos, Pablo Iglesias. El tiempo me está
dando la razón, con bastante anticipación. Decía entonces que el andar de la perrita, hasta que sean las
elecciones, iba ser de cojitranco; lo que no advertí es que se fuera a producir con tanta anticipación.
Bien es verdad que, con pena hay que reconocerlo, la nula capacidad de criterio que padece una gran
parte de nuestra sociedad, pone al resto en una situación de riesgo muy acusada, riesgo que va a
comportar un daño de difícil reparación para todo el espectro social que llamamos clase media y desde
ahí para abajo, hasta las clases más modestas, que no deja de ser una de las grandes aspiraciones de
todo lo que se encuadra en el espectro de la izquierda y extrema-izquierda, según nos enseña la
Historia, sobre todo la europea a lo largo de casi todo el siglo XX.