Lo primero es antes.

A mi entender, y por poner en fila los problemas que nos acucian, lógicamente con visión unipersonal, no es el paro el problema nº1 que puede dar un vuelco al sistema actual, eso con un poco de tino, y conociendo las tragaderas del noble pueblo español, puede subsanarse, aunque sea de mala manera, sea con subvenciones o con comedores de caridad.

Lo que no hay forma de arreglar con chanchullos, es la justicia, eso, o esa, no la arregla ni Maria Auxilium Cristianorum, a no ser que se le ayude con voluntad política, ya me imagino, que para el poder, es muy cómodo tener "al justicia" de su mano, de forma que con una indicación, se le da al sistema, una pátina de credibilidad democrática, modelna y digerible por cualquier estado del entorno, o mas para arriba, esos que creen aún en la justicia.

El problema, es que con este "conchaveo", la credibilidad se pierda en la ciudadanía, entonces sí que da igual ocho que ochenta, y da igual robarle la cartera a alguien, que cortarlo a trozos para robársela, que unir al robo la violación de la mujer y las hijas, que al final son pequeños detalles, que la justicia deberá dirimir, según le explique el poder que debe hacerlo, y con las artimañas propias de "los letrados", se le endilgarán 30 años, o se les dará un pirulí chocolatero.

Es tan importante la credibilidad que de la justicia al pueblo, que será por ahí por donde esto estalle, y por donde emanará la pus de lo infectado en la nación, pero mientras se han de ocupar de algo que no depende de nuestros próceres, la economía, y mucho menos el paro, que eso depende de gentes totalmente distintas a los gobernantes, y ahí le duele, esas gentes, internas y externas a la nación, exigen una seguridad jurídica de las de verdad, de esas de la reforma, no de estas de la contrarreforma.