Si hay algo muy corriente en el(+)

transcurrir diario es el uso desmesurado que hace la clase política del menosprecio a la
ciudadanía. Ahora toca darle vueltas, hasta producir mareo, a lo de que debe ser alcalde
el candidato más votado. A muchos le debe parecer una perogrullada, o sea, algo muy
lógico y democrático (ya se sabe en qué consistió la verdad de Pero Grullo, que las
estrellas estaban muy altas). Casualmente casi la generalidad de la izquierda, o sea, la
izquierdona, se está oponiendo con insistencia, les va en ello la posibilidad de no vivir del
sudor del de enfrente, que es para lo que se dedican a la política, es la razón por la que
defienden la preponderancia del Estado, vivir del Estado es la postura más vergonzosa de
vivir del sudor del de enfrente. Pero de paso lo que pretenden, dada la negación
ostentosa que hacen de la Democracia, es tratar a la ciudadanía como besugos. Todo el
estira y afloja que están haciendo sobre el asunto no es otra cosa que practicar el
desprecio a las personas. Y además, la defensa de la propuesta se le ocurre a un partido
que no está en la órbita de esa izquierdona, o sea, del totalitarismo.