Tiene su lógica, pero no deja de(+)

ser patético. Al pasar por el buzón de la comunidad en la que vivo me encuentro que habían dejado, en
un rincón de un escalón, una cantidad regular de sobres de propaganda electoral del Psoe. Cuando al
atardecer vuelvo a pasar me encuentro que a alguien se le ocurrió poner todos los sobres en el buzón
que correos tiene para la correspondencia a devolver o que se rechaza por cualquier circunstancia. Me
imagino que el destino final habrá sido algún contenedor azul de reciclaje o depositado en un
contenedor de basura cualquiera.