Tienen demostrado que sus intervenciones a(+)

lo largo de los tiempos ha sido procurar la ruina de los españoles y de España, moral y
económicamente. Bien es verdad que han contado con un pueblo que no se ha
procurado, en la medida de las necesidades, una formación permanente para así saber
en cada momento dar una respuesta cívica y democrática a tanto afán totalitario
izquierdista-fascista destructivo. Los que se vienen constituyendo como sucesores de
los que han propiciado el actual derrumbe de valores, de tantas estructuras de nuestra
sociedad, los que han conseguido arruinarnos, desprestigiarnos, los que han fomentado
la desconfianza en todo nuestro entorno internacional, vienen los nuevos totalitarios a
promover una guerra de religión innecesaria, trasnochada, arremeten con toda la carga
de odio, de sectarismo, de rechazo a los que no opinan ni asumen sus satanismos
ideológicos totalitarios y vocean, con rostros burlones y risueños, que van a una
persecución a muerte a todo aquel que ponga como centro en su vida la religión, en
nuestro caso la cristiana. Y estos totalitarios son los que ni han movido, ni mueven ni
moverán un dedo por aplacar, aminorar, resolver los mil y un problemas que sacuden
hasta la tragedia a tantos sectores de nuestra sociedad. Siempre se han movido en
amplios círculos totalitarios de izquierda gente muy acomodada, pero ojo con estos
totalitarios de hoy que, sin exclusión, disfrutan de unos beneficios que no se merecen y
portan un aburguesamiento que escandaliza al más ingenuo. Y todo lo han conseguido,
sin exclusión, con el sudor del de enfrente.