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Los datos y testimonios que desmontan los bulos del Kremlin sobre la matanza de civiles ucranianos

A pesar de la potente maquinaria propagandística de Putin, cada vez son más las evidencias que corroboran la masacre de civiles en Ucrania.

A pesar de la potente maquinaria propagandística de Putin, cada vez son más las evidencias que corroboran la masacre de civiles en Ucrania.
Cuerpo semienterrado de un civil asesinado en Bucha. | EUROPA PRESS

El sábado 2 de abril empezaron a viralizarse en redes sociales imágenes de las atrocidades que se habían cometido en localidades al norte de Kiev, ocupadas temporalmente por las fuerzas rusas.

Una localidad, Bucha, pasó a convertirse desde ese momento en símbolo del horror de la guerra, de algo que Occidente pensó que no iba a ver nunca más: cadáveres quemados, cadáveres apilados en sótanos, cadáveres maniatados, fosas comunes y un reguero de cuerpos en las principales calles de la, hasta entonces, tranquila ciudad dormitorio ucraniana. Imágenes como las de la ahora bautizada "avenida de los cuerpos" en el barrio de Sklovazod.

Las durísimas imágenes hablaban por sí solas del horror que tuvieron que padecer los ciudadanos de Bucha y presagiaba lo que todavía podría encontrarse en otras localidades del norte de Kiev, como Hostomel, Irpín, Borodyanka, Chernígov, Járkov o la misma Mariúpol, ciudad portuaria al sur del país, asediada desde el inicio de la invasión el 24 de febrero.

Las reacciones de los países de la OTAN, la UE, la ONU y otros organismos internacionales no se hicieron esperar, anunciando más sanciones, y más duras, contra Rusia, y el envío de armamento para que Ucrania pudiese contrarrestar la ofensiva rusa en el Donbás y el sur del país y evitar, en lo posible, que se repitiesen masacres como la destapada en Bucha. Además, muchos países occidentales, entre ellos España, expulsaron a diplomáticos rusos tras conocerse la matanza de civiles. El jueves la Asamblea General de Naciones Unidas votó la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos, decisión que responde a la petición de varios países liderados por EEUU, con 93 votos a favor, 24 en contra y 58 abstenciones.

La propaganda rusa entra en escena

Como ha ocurrido a lo largo de estos últimos meses, la propaganda rusa, con sus terminales políticas y mediáticas en países de Occidente, muy bien engrasadas, ha tratado de negar la evidencia. Los portavoces del Kremlin, oficiales y oficiosos, se han esforzado en demostrar que tal masacre no había sido obra de los rusos y que todo era o un montaje de Ucrania o, en todo caso, asesinatos llevados por nazis ucranianos como los del famoso Batallón de Azov, tal y como se ha podido leer en mensajes en redes sociales, donde sorprende ver el número de perfiles, con más o menos seguidores, que justifican no sólo la invasión, sino que se hacen eco de todos los bulos propagados por Rusia.

Uno de los primeros fue decir que el ejército ruso salió de Bucha antes de que se produjese la masacre, concretamente el 30 de marzo. Para dar verosimilitud al mismo añaden datos como que, después de cuatro días, los cuerpos "no se han endurecido, no tienen manchas cadavéricas características y las heridas contienen sangre sin coagular". Como han señalado expertos forenses, las bajas temperaturas explicarían la mejor conservación de los cadáveres.

En redes sociales, además, han circulado tuits en los que se afirma que algunos cuerpos se mueven después de pasar los militares ucranianos que documentaron, en primer término, la masacre, o los periodistas que lo hicieron después. A este bulo, que obedece a un mero efecto óptico, habría contribuido, incluso, la Embajada de Rusia en España que, en su cuenta oficial en Telegram, señalaba que en uno de los vídeos de Bucha, "en el segundo 12, el 'cadáver' mueve la mano a la derecha. En el segundo 30 en el espejo retrovisor se ve el 'cadáver' sentarse. Cuerpos humanos parecen estar situados deliberadamente para crear una imagen más dramática. Esto es claramente visible si reproduce el vídeo a la velocidad de 0,25x".

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En el colmo del cinismo, y después de días difundiendo mentiras, Rusia ha pedido que se investigue "el monstruoso montaje" de Bucha, pero que esa investigación "ha de ser realmente independiente e imparcial", tal y como dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov en su rueda de prensa telefónica diaria.

A la par que el Kremlin fabricaba bulos sobre el montaje de Volodimir Zelenski, Ucrania denunció un cambio de táctica en el ejército ruso, cambio que básicamente consiste en no dejar pruebas. Por un lado, el miércoles el alcalde de Mariúpol dijo que los rusos estarían utilizando crematorios móviles para hacer desaparecer los cadáveres de civiles asesinados y ocultar así las pruebas con los que serían acusados de crímenes de guerra. Y, horas después, el propio Zelenski, en su comparecencia diaria, afirmó que tenía "información de que el ejército ruso" había "cambiado sus tácticas" y estaba "tratando de sacar a los muertos de las calles y sótanos del territorio ocupado. Ucranianos asesinados. Esto es sólo un intento de ocultar la evidencia y nada más".

Desmontando la propaganda rusa

Por mucho que el Kremlin se esmere en intentar borrar la masacre de Bucha y otras barbaridades, como el ataque de ayer viernes con misiles a la estación de ferrocarriles de Kramatorsk en plena evacuación de civiles, son muchas las evidencias, los datos y los testimonios que confirmarían que tal masacre se ha producido y sus autores son soldados rusos.

En primer lugar, el propio relato de los periodistas y corresponsales. Todos los que han estado sobre el terreno afirman, sin menor atisbo de dudas, que entre la propaganda rusa y el testimonio espontáneo de los supervivientes no tienen ninguna duda sobre a quién hay que creer. En opinión casi unánime, señalan que es imposible que todos estos supervivientes, que son centenares, hayan podido ponerse de acuerdo en contar las historias de atrocidades cometidas con sus amigos y familiares por los soldados rusos. Por no hablar del estado de shock en el que se encontraban todos ellos después de semanas escondidos en una situación humanitaria deplorable. La agencia Reuters, la cadena pública británica BBC, corresponsales españoles y de otros países han documentado con vídeos y fotos, además de testimonios de los supervivientes, el horror de Bucha.

Uno de los primeros en documentar la masacre fue el fotoperiodista español Santiago Palacios, tanto en la Revista 5W en el reportaje "Los cadáveres de la retirada rusa" como en su cuenta de Twitter.

Además, cada vez son más los testimonios de testigos presenciales de las atrocidades rusas en Ucrania, como el relato de Igor Chumak que aporta Sandra León en Libertad Digital.

Pero por si el testimonio de supervivientes y corresponsales extranjeros no fuera suficiente, en los días siguientes al descubrimiento de la masacre se han aportado más datos y evidencias que confirmarían la misma y desmontarían, por tanto, la propaganda y las mentiras del Kremlin y sus voceros.

Imágenes por satélite y espionaje alemán

Las fotografías de civiles muertos tomadas vía satélite a mediados de marzo, por lo tanto, bastante antes de la retirada del ejército ruso el 30 de marzo, y publicadas por The New York Times, echarían por tierra la teoría del Kremlin de que los cuerpos aparecieron allí después de que el ejército de Putin se marchara de la localidad de Bucha. Los documentos gráficos, que han sido verificados y analizados por el equipo de investigación del diario estadounidense, refutan la versión del Ministerio de Defensa de Rusia.

Además, este jueves se ha sabido que el espionaje alemán grabó conversaciones entre soldados rusos en Ucrania que, presuntamente, prueban que los disparos a civiles formaban parte de la estrategia de guerra de Rusia en ese país y no eran acciones aisladas de algunos soldados, según informó el semanario Spiegel. El BND (siglas en alemán de los servicios de espionaje federales) captó conversaciones de radio entre militares rusos en las que se mencionaba la muerte de civiles y Spiegel asegura que algunas de ellas se pueden relacionar con los casos de civiles encontrados muertos en las calles de Bucha, cerca de Kiev. Un soldado cuenta a otro en una de esas grabaciones cómo él y otro soldados habían disparado a una persona en una bicicleta, una de las fotografías icónicas de la masacre; en otra conversación captada por el BND se escucha a un hombre que afirma que "primero se pregunta a los civiles, luego se les dispara".

Las grabaciones fueron presentadas este miércoles en el Parlamento alemán y que del material del BND se deduce que en las muertes de civiles en Ucrania estuvieron involucrados miembros del Grupo Wagner, que "destacó ya en su intervención en Siria por su crueldad especial".

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