
El Real Madrid arranca la "era Xabi Alonso" desde la cima del fútbol mundial. Cierto es que la temporada 2024-2025 no se ha coronado con tantos éxitos deportivos como esperaba Florentino Pérez, pero el ejercicio sí ha sido exitoso en el terreno económico. No en vano, según el último informe de Football Benchmark, el club blanco ha alcanzado un valor empresarial (Enterprise Value) de 6.300 millones de euros, siendo por tanto el primero en superar la barrera de los 6.000 millones.
Esto consolida el liderazgo de los blancos como el club más valioso del planeta, muy por delante de Manchester City y Manchester United, que también suben y este año superan por primera vez los 5.000 millones, aunque sumidos en circunstancias deportivas muy distintas. Este contexto de fortaleza financiera otorga a Florentino Pérez un margen de maniobra clave para afrontar la transición generacional en el banquillo y el vestuario con más garantías, sin comprometer el delicado equilibrio económico que deben guardar los clubes que siguen en manos de sus socios y no cuentan con las inyecciones de recursos de grandes fondos de inversión o petroestados árabes.
El informe de Football Benchmark destaca que la valoración de los 32 clubes más importantes de Europa ha crecido un 146% en la última década, gracias a una mejora constante de los ingresos, especialmente los de índole comercial. El Real Madrid ha sido punta de lanza de ese cambio, con más de 1.000 millones en ingresos operativos y un ratio coste de plantilla/ingresos que ha bajado del 95 por ciento en 2023 al 82 por ciento en 2025. En este contexto de madurez financiera, la llegada de Xabi Alonso abre un nuevo ciclo en el que los merengues deberán soñar alto, pero siempre tomando decisiones calculadas para optimizar rendimiento y no perder la senda de sostenibilidad financiera que ha marcado la directiva desde que Florentino Pérez inició su histórico segundo periplo como mandatario del club.
El premio del Mundial de Clubes
La FIFA tenía grandes expectativas económicas con el nuevo formato del Mundial de Clubes que arranca este mismo mes de junio. En las altas esferas de la federación internacional se manejaban documentos en los que se proyectaban ingresos superiores a los 4.000 millones de euros solo en derechos televisivos. Sin embargo, la realidad ha sido algo más modesta: finalmente, el paquete audiovisual se ha vendido por una cifra estimada cercana a los 2.800 millones de euros, según fuentes cercanas al organismo.
A pesar del ajuste a la baja en los honorarios que se querían conseguir por esta vía, el torneo sigue siendo atractivo desde el punto de vista de la popularización del fútbol en el mercado estadounidense. Asimismo, trae consigo un importante premio económico, ya que el club campeón embolsará alrededor de 125 millones de euros, una cifra relevante incluso para grandes del fútbol como el Real Madrid.
Para poner este dato en contexto, ganar la Champions League reporta en torno a 110 millones de euros si se cuenta todo el recorrido del vencedor, desde la fase de grupos hasta la final. En cambio, el Mundial de Clubes supone menos partidos, algunos de ellos ante rivales de nivel mucho menor, y permite asegurar una facturación similar a la que genera la Champions League, todo en poco más de tres semanas, lo que convierte a esta competición en una oportunidad económica estratégica, sobre todo si se utiliza también como escaparate de marca global y para reforzar el posicionamiento comercial del club en el mercado norteamericano y el resto del globo.
Alivio salarial y gastos medidos
El cambio de ciclo también viene acompañado de un ajuste en la masa salarial. Luka Modric, cuyo contrato finaliza este verano, cobraba unos 10 millones de euros netos por temporada. A ello se suma la probable salida de Lucas Vázquez, cuya ficha era cercana a los 5 millones netos. En total, serían unos 15 millones netos liberados, equivalentes a cerca de 30 millones brutos que el club podrá destinar a otras áreas o jugadores sin perder el equilibrio financiero.
En el banquillo, el cambio de Ancelotti por Xabi Alonso también supone un ligero ahorro para las cuentas de los blancos. El técnico italiano percibía unos 11 millones netos al año, mientras que el ex jugador vasco arrancará su etapa como primer entrenador blanco con un salario de alrededor de 9 millones netos. Esta diferencia, aunque no resulta muy significativa en cifras absolutas, sí encaja dentro de la estrategia de mantener en pie una apuesta por la racionalización salarial.
En cuanto al mercado, el Real Madrid ha cerrado un fichaje que considera estratégico sin asumir ningún coste de traspaso. Se trata de la incorporación de Trent Alexander-Arnold, lateral inglés que finalizaba contrato con el Liverpool y, por tanto, llega libre a la Castellana, lo que permite al club ofrecerle un salario competitivo sin necesidad de amortizar una inversión en traspaso. A sus 26 años, su perfil ofensivo encaja con la propuesta de Xabi Alonso y su experiencia en partidos grandes es un valor añadido. Transfermarkt considera, de hecho, que su valor de mercado es 75 millones de euros, de modo que el ahorro ha sido notable.
También destaca la operación por Dean Huijsen, joven central hispano-holandés cuyo valor de mercado ronda los 42 millones de euros en Transfermarkt, pese a lo cual los blancos han subido su puja hasta los 58 millones, conscientes de que hablamos de un jugador que tenía encima de la mesa al menos siete ofertas de otros grandes de Europa. Con 20 años, el espigado central de 1,95 metros viene a cubrir un agujero que nunca se tapó, al salir Nacho el pasado verano sin que se ejecutase ningún fichaje de reemplazo. Además, las continuas lesiones de Militao y Alaba son razón de más para proceder adelante con su contratación.
Precisamente en el caso de Alaba, que tiene contrato hasta el próximo año 2026, su alta ficha (en torno a los 11 millones netos) complica una posible salida, pero el hecho de que llegara libre del Bayern y rindiera bien en su primera etapa suaviza el coste derivad de su permanencia.
Ingresos por ventas y una posible recompra estratégica
Florentino Pérez también contempla generar ingresos mediante el cobro de derechos de traspaso de algunos de sus ex jugadores. El japonés Take Kubo y el lateral Miguel Gutiérrez podrían dejar entre 10 y 40 millones de euros en las arcas de los blancos, si se confirman las cifras que se manejan en el mercado. El centrocampista de la Real Sociedad y el lateral del Girona son codiciados por distintos equipos y, puesto que el Real Madrid retiene en torno al 50% de sus derechos, su eventual venta ingresaría mucho dinero en Concha Espina.
Miguel Gutiérrez sonó precisamente como posible recompra estratégica, pero el favorito ahora mismo es Álvaro Carreras. El lateral izquierdo ha firmado una gran temporada en el Benfica y Xabi Alonso cuenta con él para una posición donde Ferland Mendy acumula muchas ausencias por lesión y Fran García no termina de ser percibido como un jugador con nivel de titular. Aquí, Transfermarkt sugiere que el valor de mercado de Carreras ronda los 30 millones, pero el Real Madrid tendrá que negociar duro para hacerse con su fichaje, puesto que el Benfica firmó al defensa gallego con una cláusula de rescisión de 50 millones.
Y luego está el caso de Nico Paz. El club planea recuperar el 100% de sus derechos e incorporarlo de nuevo por una cifra muy baja, gracias a una opción de recompra previamente pactada que dejará el traspaso en apenas 8 millones de euros. Esta cláusula permite al Madrid hacerse con el joven talento tinerfeño sin necesidad de entrar en pujas de mercado ni elevar sustancialmente el gasto derivado de reforzar la zona creativa del mediocampo, consolidando así una apuesta por incrementar el peso de la cantera como pilar del proyecto de Xabi Alonso, puesto que tanto Carreras como Paz son jugadores con pasado en La Fábrica.
Operación de calado
Florentino Pérez planteó en la última Asamblea del Real Madrid la posibilidad de convertir una parte del club en una Sociedad Limitada (S.L.) para determinadas áreas de negocio, especialmente las relacionadas con actividades comerciales o de explotación económica no directamente deportivas. La idea no es privatizar el club ni alterar su estructura general como entidad sin ánimo de lucro, sino crear filiales que funcionen como empresas, lo que permitiría atraer inversión privada, firmar acuerdos estratégicos con mayor flexibilidad y optimizar fiscalmente ciertas operaciones.
En cuanto al impacto económico, esta conversión podría permitir al Real Madrid captar capital externo para áreas como el nuevo estadio Santiago Bernabéu, la plataforma audiovisual, o iniciativas de licencias, contenidos digitales y merchandising, sin comprometer la propiedad del club. Por ejemplo, si se crea una S.L. que gestione los derechos comerciales del estadio y se vende un 20-30% de esta filial a un fondo de inversión, se podrían captar entre 400 y 600 millones de euros, según valoraciones recientes del estadio post-reforma (estimado en más de 2.000 millones). Esto aliviaría presión financiera, permitiría acelerar proyectos estratégicos y consolidaría la posición del club frente a competidores con modelos ya mercantilizados, como los clubes de los petroestados árabes o los gigantes en manos de grandes fondos de inversión y vehículos similares.

