El radical presidente iraní Mahmud Ahmadineyad ha intentado en los últimos tiempos tener un acercamiento con ciertos países de Latinoamérica. Hace pocos meses visitó Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Cuba, donde fue recibido con honores por sus nuevos amigos de la región, todos pertenecientes al bloque considerado "bolivariano" por su cercanía a Hugo Chávez.
Ahora ha decidido volver para reunirse con otros líderes, o al menos eso es lo que parece. El pasado lunes, la agencia de noticias iraní Mehr informó de que Ahmadineyad viajará "pronto" a Brasil y Perú para dar un impulso a las relaciones con los países de Latinoamérica. Aunque no da fecha concreta, sí señala que la gira comenzará en Brasil, donde tiene previsto reunirse con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
La relación entre ambos países es buena desde que Brasil apoyó un proyecto para intercambiar uranio poco enriquecido por combustible nuclear, en un intento por apaciguar los ánimos en la comunidad internacional ante la preocupación de varios países por la posibilidad de Teherán estuviese enriqueciendo uranio con fines militares. Sin embargo, el proyecto finalmente fracasó.
Además, también se informó de una posible visita a Perú donde podría reunirse con el presidente Ollanta Humala. Lo cierto es que la noticia causó gran revuelo en el país sudamericano, sobre todo por la escasa relación que ambos han tenido en el pasado, pese a que antes de las elecciones de 2011 se relacionó directamente al presidente con Chávez.
Alguna prensa peruana mostró su sorpresa e incluso el diario Correo, abiertamente contrario a Humala y muy crítico de su gestión, dedicó su portada a la noticia titulando "¡Qué miedo!" con una composición fotográfica que muestra a Ahmadineyad al lado de una explosión nuclear.
Ante estas noticias, este miércoles, el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió un nota de prensa en la que señalaba que "no había "formulado gestión alguna" para dicha visita y que "este tema no está en la agenda de trabajo del Ministerio de Relaciones Exteriores". En otras palabras, no hay ningún tipo de invitación extendida de Lima a Teherán ni se espera que Ahmadineyad anuncie su llegada, aunque nadie descarta que el tema se retome en unas semanas más.