En el marco de la VI Cumbre UE-América Latina y Caribe, el presidente del Perú, Alan García, se ha vuelto a referir a su colega Hugo Chávez, que no ha acudido a la cita de Madrid. Una vez más en tono irónico, el mismo que utilizó cuando también bromeó sobre el venezolano en la Cumbre de la Unasur en Bariloche el pasado mes de agosto, dijo que tenía que agradecerle por convertirse en las pasadas elecciones peruanos en presidente: "Intervino activamente en la campaña y debo agradecerle, tal vez, el que yo sea presidente, nunca acabaré de agradecerle".
Aunque García no lo dijo en la entrevista ofrecida a EFE, se refería a la injerencia de Chávez en el proceso electoral peruano en abril de 2006 cuando apoyó abiertamente al candidato ultranacionalista Ollanta Humala que llegó a disputarle al actual presidente la segunda vuelta. De hecho, hasta este momento se conoce al líder del Partido Nacionalista Peruano (PNP) como el hombre de Chávez para introducir la ideología bolivariana en el Perú. Algo que aparentemente no entusiasma mucho a los electores peruanos que por el momento sólo le dan a Humala un 9% de intención de voto, ya superado por el ex presidente Alejandro Toledo que tiene un 10%, según la última encuesta del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica del Perú.
Cuestiona el gasto en armas en la región
Ya más en serio, García tocó otro punto en el que ha insistido en los últimos meses: el armamentismo. Esto, sobre todo después de los miles de millones de dólares que Chávez ha pagado a Rusia, España y China para hacerse con nuevas armas. Pero no es el único, ya que otros países también ha gastado grandes cantidades de dinero.
"Visto desde el punto de vista de las armas y de los conflictos, en los cuatro años desde la fundación de Unasur, realmente se compraron 25.000 millones en armas y se gastó 150.000 millones en gastos militares corrientes de mantenimiento". Agregó que "si seguimos así, en los próximos cuatro años -dijo- compraremos 35.000 millones y gastaremos 200.000 millones en gastos de mantenimiento". Por eso, a su modo de ver, "todo esto suena absurdo cuando al mismo tiempo los presidentes se sientan a la mesa a tomar café y a compartir almuerzos y comidas. ¿Si son tan amigos para qué se arman? No entiendo, pero será porque el poder de los que venden armas es mucho mayor, y entre ellos Europa, EEUU y Rusia".
Además, también cuestionó la existencia de varios grupos de trabajo en la región: "Existen muchos bloques ya. Si se fija hay la CAN (Comunidad Andina de Naciones), Mercosur, el Grupo de Río, Unasur, hay un multicumbrismo que parece un equilibrismo y una pasarela permanente de encuentros, pero mientras tanto seguimos comprando armas y entonces ¿para qué sirve todo esto?". Aunque claro, se vio obligado a señalar que "me quejo pero asisto a Unasur, por lo menos para plantear estos temas allí, dentro. Pero sí, creo que todavía nos falta mucha maduración para estos temas".