"¿Qué va a hacer el lehendakari, va a hacer algo?", se pregunta Antonio Basagoiti sobre el poder institucional que ha alcanzado Bildu después de que el Tribunal Constitucional permitiera que concurriera a las elecciones del veintidós de mayo. En el Partido Popular se llevan las manos a la cabeza por el "espectáculo" que se vivió ayer en la Diputación de Guipúzcoa, cuando el nuevo presidente, Martín Garitano, puso al mismo nivel a víctimas y etarras.
"Es intolerable. No se puede equiparar a víctimas y verdugos. No se puede volver a ese viejo discurso, a ese viejo relato de lo que algunos llaman la nueva Batasuna", se quejó Soraya Sáenz de Santamaría, en declaraciones a Punto Radio.
Ahora bien, lo que no se pretende es tocar la alianza con el PSOE en el País Vasco, si bien Basagoiti pide a López que "concrete más" su postura ante los planes de la coalición proetarra, que "defiende un sistema económico soviético y han hecho de todo" contra el sector empresarial.
Dicho lo cual, en el PP consideran que el principal culpable de que Bildu gobierne la Diputación de Guipúzcoa, permitiéndole gestionar 840 millones, es el Partido Nacionalista Vasco. "Algunos partidos no se han comportado con la responsabilidad que debieran, especialmente el PNV", aseguran.
"Este es un mal momento político, un retroceso de muchos años en la lucha contra el terrorismo y en la defensa de las libertades", constata la dirección nacional del PP, en voz de su portavoz en el Congreso. Esto no quita para que "el tema Bildu" vaya a seguir en el segundo plano de la estrategia popular, según pudo saber este diario.
Mientras tanto, el presidente del Gobierno vasco intenta transmitir tranquilidad al asegurar que "no hay incertidumbre alguna" sobre la ejecución del denominado AVE vasco, a pesar de la oposición de la coalición. "Se está construyendo a buen ritmo y va a seguir así", aseguró, en la sesión de control que ha tenido lugar en el Parlamento vasco, única institución que, de momento, se libra de la presencia de Bildu.