Lo español es quejarse del Gobierno. Suele ser una forma de proyectar los males propios. De todas formas, cuando el Gobierno hace algo mal, menester será decirlo. Por ejemplo, está rematadamente mal que sea tan permisivo con la violencia ilegítima en las “movilizaciones” de intereses. La crítica mayor debe dirigirse al PP como partido. No promueve la democracia interna a escala regional. Se enquistan las viejas satrapías locales. Los cargos electos no tienen por qué ser archimadritas irresponsables. Debe circular la información de abajo arriba. Los cargos electos deben ser personas con prestigio en su círculo profesional. Arenas a trabajar.
Admonición al PP
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