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Ha dicho el lendakari Ibarreche tras el último asesinato de los terroristas vascos que "ETA está cada vez más aislada". Nada más falso. Él mismo se mantiene en el cargo gracias a los votos de los terroristas representados por EH; y se niega a convocar elecciones porque quiere mantener la ficción de esa mayoría, que incluye el reconocimiento político y parlamentario de ETA. Tampoco es verdad que ETA esté más aislada en el terreno de las alianzas, ya que el PNV mantiene con la banda terrorista, y con otras organizaciones afines a ambos, el Pacto de Estella, el proyecto estratégico separatista de un estado totalitario y euskaldún que discriminaría a los no nacionalistas a la hora de votar y que trataría de anexionarse Navarra y parte de Francia para completar sus fronteras.

Más aún: Xabier Arzallus, el jefe de Ibarreche, dijo hace dos semanas que su partido, el PNV, no pensaba interrumpir la colaboración entre nacionalistas -incluída ETA, se entiende- y hace apenas unos días pidió a la Unión Europea que "intervenga en el conflicto vasco" obviamente en favor del nacionalismo separatista, pese a que el terror, el acoso social y el asesinato lo padecen los vascos no nacionalistas. Iberreche miente cuando dice que ETA está aislada y es difícil creer que miente por desconocimiento, porque si ETA mantiene alianzas políticas a todos los niveles es precisamente con su partido, el PNV. En realidad, el que está aislado y en minoría es el Gobierno nacionalista de Ibarreche porque si bien el PNV no abandona a ETA, los representantes políticos de la banda abandonan al PNV cuando les parece. Por eso tuvo que convocar el Gobierno Vasco, tras no hacerlo en quince funerales por otros tantos crímenes, una manifestación, supuestamente contra ETA, que apenas camuflaba el pacto con el PSOE como sustituto del brazo político de ETA, pero sólo si tras las elecciones se niega a darle su apoyo.

Que ni siquiera sustituyendo a EH por el PSOE piensa el PNV aislar a ETA lo prueba el mantenimiento político y financiero de la Udalbitza, ficción de representación municipal "orgánica" de los nacionalistas en la que las fuerzas principales son el PNV y ETA. No hay noticias, bien al contrario, de que el PNV quiera aislar a ETA o aislarse de ella abandonando ese embrión de Estado que cultivan a medias.

Lo de Ibarreche pertenece a ese repertorio de fariseísmo tras los crímenes etarras que los dirigentes del PNV cultivan con entusiasmo digno de mejor causa. La portavoz del EBB Josune Ariztondo dijo también el domingo tras el asesinato que "se trata de una tristísima noticia después de ver ayer a una inmensa mayoría de la ciudadanía que se congregaba contra ETA". Mucha más se concentró contra ETA tras el asesinato de Miguel Angel Blanco y lo que hizo el PNV es aliarse a ETA para impedir su derrota política, que interpretaba como una derrota del nacionalismo vasco. Desde entonces, el PNV no ha dejado de ser su lazarillo y su cómplice, en Estella, en la Udalbitza, en la formación del Gobierno Ibarreche... en todo.

El País Vasco es una sucesión de tumbas abiertas, solitarias y oscuras, a las que no se asoman estos hipócritas, doctos en fariseísmo, a los que el Evangelio llama "sepulcros blanqueados". Elocuente definición.

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