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Las elecciones norteamericanas nos afectan en un doble sentido: porque el sistema de defensa occidental, y por ende la paz en el mundo, depende de los Estados Unidos y porque las tendencias que en esa nación se ponen en marcha tardan más o menos en llegar a España, pero llegan. Dos de las cuestiones estrella de campaña son la sanidad y la educación.

La primera ha sido minuciosamente tratada por los medios españoles en lo referido a la diferencia de modelos: basado el europeo en el modelo estatista o de Seguridad Social, y el otro en los seguros privados. En cuanto a la educación, se reseñan los bajos resultados que obtienen los alumnos norteamericanos y el consiguiente deterioro de la calidad educativa, pero se oculta que en esta campaña está sobre el tapete una de las medidas más revolucionarias. El candidato republicano George W. Bush incluye en su programa el cheque escolar que transferiría el poder del sector a los padres y abriría las puertas a la competencia entre centros.

Nuestros informadores insisten mucho en los lobbys privados norteamericanos y su participación en la vida pública, pero silencian sistemáticamente los lobbys funcionariales que actúan en el nuestro, entre los que se encuentra como uno de los más potentes e influyentes el de los docentes. Debería quizás reflexionarse sobre el hecho de que mientras en las últimas décadas la liberalización ha avanzado en todos los sectores, en el educativo lo que ha avanzado ha sido la estatalización, hasta aproximarse a porcentajes de nacionalización encubierta. Y también sobre el hecho de que mientras nuestras sociedades lo que precisan son emprendedores la inmensa mayoría de nuestros jóvenes se forman en un ambiente funcionarial a lo largo de todo su currículum educativo, incluyendo nuestras deprimentes universidades.

Hablar sobre la liberalización en educación (la única vía que salvaría al sistema de su decadencia actual, con fenómenos de deterioro de la calidad, absentismo, violencia en las aulas) es simplemente tabú. Que Bush lleve en su programa el cheque escolar es un avance histórico en la tarea de privatizar las mentes, que pasa por un medio ambiente educativo responsable y liberalizado.

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