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Enrique de Diego

Preparando un magnicidio

Hay numerosos indicios de que Eta prepara un intento de magnicidio, que tendría como objetivo previsible al primer nivel político constitucionalista. El último, determinante, es el hallazgo de un nuevo campo de prácticas con un coche destrozado en un bosque del departamento de las Landas, en el que se ha utilizado material de alto poder destructivo, en lo que las propias fuentes oficiales describen como entrenamiento de tiro sobre vehículos blindados. Un indicio previo fue el hallazgo de otro campo de entrenamiento similar, y aún antes la convicción de que ha vuelto la vieja Eta tras un debate interno en el que se criticó el “terrorismo indiscriminado” de la nueva Eta de García Gaztelu, para pasar o volver al “terrorismo selectivo”. Este proceso se acompaña del criterio “político” de la vuelta “a la lucha contra el Estado” al margen de las estrategias de frentismo nacionalista de los últimos años.

Esa vieja Eta, que quiere intentar borrar la imagen de chapuza del último año, es la que perpetró el robo de mil seiscientos kilos de explosivos en Francia, en una operación con medios desmesurados para la falta de protección que en la nación vecina han venido teniendo los depósitos de explosivos. A ello hay que añadir el dato fehaciente de que el intento de constituir un comando Galicia tenía como principal objetivo el asesinato de Manuel Fraga.

Por de pronto, es obvio que los terroristas cuentan en Francia con una infraestructura intocada sobre la que las últimas detenciones no han aportado aparentemente pistas, lo que les permite arriesgarse a hacer prácticas que provocan incendios en un bosque. Aventurar que ese intento de magnicidio o atentado de máximo impacto se pretende para antes de las elecciones vascas entra dentro de lo verosímil.

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