La Fuerza Aérea de Estados Unidos acaba de presentar en Washington un descarnado informe sobre los peligros que representa la guerrilla colombiana para la estabilidad regional. Por primera vez, no se descarta la opción de que pueda tomarse el poder. Adelantado durante un año por los investigadores Angel Rabasa y Peter Chalk, dicho estudio de 113 páginas demuele implacablemente todas las ilusiones que el propio gobierno de Andrés Pastrana ha creado en la comunidad internacional, y en especial en los países de la UE, en torno al llamado proceso de paz en Colombia.
La pregunta clave del informe es la siguiente: ¿cuáles serían las razones que tendrían las Farc para comprometerse en unas serias negociaciones de paz? Para obtener una respuesta justa, el estudio analiza los objetivos a largo plazo de esta organización guerrillera y la percepción que tiene de su propia evolución político-militar. La conclusión es que mientras las Farc no sean derrotadas militarmente –o, para decirlo en los términos del informe, mientras el “balance of forces” no le sea desfavorable– las negociaciones serán utilizadas por ellas sólo como recurso táctico.
A este respecto, Rabasa y Chalk recuerdan que en Colombia la guerrilla no ha sido derrotada como en Guatemala ni ha llegado a la convicción de que no pueden triunfar, como en El Salvador. Al contrario, creen que están en camino de conseguir su objetivo a largo plazo, o sea la toma del poder por el debilitamiento progresivo del propio Estado. La presencia de Chávez en Venezuela refuerzan esta convicción suya.
El engaño que descubren en el actual proceso de paz es que, pese a la anterior evidencia, ni el gobierno ni las Farc tienen interés en romper las negociaciones. El gobierno, porque el cuento de la paz es el pilar de su gestión. Y las Farc, por las ventajas que representa para ella disponer de un santuario de 42.000 kilómetros cuadrados sin presencia del Estado.
A lo único que le temen es al auge de las Autodefensas , la organización paramilitar, y al despliegue en el sur de los batallones antinarcóticos contemplados en el Plan Colombia. Por lo pronto –dice el informe– esperan utilizar las negociaciones para evitar esta última contingencia.
Versión opuesta a la que ha manejado Washington hasta el momento a propósito de Colombia, el estudio demuestra que en este país lo que se está desarrollando es un creciente proceso de guerra y no precisamente un proceso de paz.
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