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Cuando Arenas era un joven democristiano que pintaba sólo un poquito en los destinos crepusculares de la UCD, otros de su cuerda que pintaban más en la configuración del caos, así Javier Tusell, inventaron un eslógan teóricamente perfecto para ganar las elecciones: "ni la derecha dura, ni la izquierda inmadura". Esa equidistancia de AP y del PSOE la entendió perfectamente el votante ucedeo mandando a hacer gárgaras a UCD, cuyo destino lógico hubiera sido la alianza con AP frente al PSOE, pero cuyos complejos ideológicos y patología organizativa le llevaron al basurero o, más delicadamente, a la escombrera de la política española. El resto ha sido maquillaje.

Veinte años después, con canas donde había acné, saca de nuevo a pasear Javier Arenas el eslógan de la "inmadurez" de la izquierda. Y aparte de un lugar común o de una repetición banal, se trata de un error ideológico, político y estratégico. Si el PSOE participa en ese diseño siniestro del "federalismo asimétrico", que busca cargarse la Constitución como paso previo para disgregar la Nación, no cabe hablar de inmadurez. Al contrario, demuestra que está alineado con políticos tan maduros y tan peligrosos como Arzallus y Pujol, amén de González y Polanco. En Galicia, que está a la vuelta del verano, Touriño ha hecho ya una llamada a los separatistas del BNG para renovar el "todos contra el PP" o "todo vale contra el PP". Y es ahí donde tiene que machacar el Gobierno si es que ya ha superado la "pájara" del 13 de Mayo.

Ahí y en la corrupción. Nada de amagar y no dar. Nada de indultar y luego acusar. Ni el PSOE se lo permite ni en el PP se lo pueden permitir. Con cinco años largos en el Gobierno, la oposición no tiene que demostrar nada. El Gobierno, todo. Y conviene recordar que "entre la Derecha dura y la Izquierda inmadura", UCD no esta simplemente madura. Estaba sencillamente podrida. Muerta. Por eso no la quisieron. Recuérdese.

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