Casi tres meses de vacaciones se va a tomar el equipo de “Caiga quien caiga” para recargar pilas. Su sexta temporada ha sido de resistencia, pero han fichado de nuevo con Tele 5 para volver a finales de septiembre. La despedida fue sosa: Wyoming hizo su pequeño “editorial” con alusiones al veraneo de Aznar, Sergio Pazos cubrió la mitad del programa con la pelea entre Javier Castillejo y De la Hoya —un reportaje demasiado largo y fuera de tiempo—, Arturo Valls siguió la Copa del Rey, Caballero el debate sobre el Estado de la Nación, Tonino un estreno cinematográfico y Pablo Carbonell persiguió sin éxito a Naomi Campbell.
Las horas bajas de un informativo que tiene la obligación de ser cáustico, pero simpático, se notaron en la acentuación de sus defectos. Wyoming haciendo de “facha” resulta repetitivo, los reportajes se quedan desfasados, sobre todo los deportivos, que la audiencia vive al día, Tonino está aburrido, Javier Martín y Juanjo de la Iglesia con menos chispa y Pablo Carbonell, que es el mejor, no aparece por el plató el día de la despedida. Si en otoño el equipo no vuelve con ganas de dar caña, el declinar de su estrella será lento pero seguro. Sería una pena porque, a pesar de que sus bromas se están agotando, es un programa que no viene mal cuando el panorama informativo es de chiste.
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