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Federico Jiménez Losantos

En lo que Alierta tiene razón

Al margen de lo que todos opinemos sobre cómo se ha llegado a la concepción del monstruo, y al margen de las responsabilidades que pueden atribuirse a unos y otros en el alumbramiento del Monopolio de Sogecable, hay un asunto muy controvertido ahora en los medios y sobre el que reina una gran confusión: la licitud o legitimidad de Telefónica para hacer esta operación de liquidar Vía Digital convirtiéndose en accionista de Sogecable. Y sólo tiene dos respuestas posibles: sí o no.

A nuestro juicio, nadie puede obligar a perder dinero a una empresa que ya está privatizada y que no está sujeta a determinadas leyes por constituir un monopolio o un oligopolio. Mejor dicho, está sujeta a unas normas como operadora de teléfonos, pero no como empresaria de televisión digital. Y si Telefónica cree que no tiene más que una alternativa: cerrar Vía Digital arrostrando las pérdidas del cierre o hacer lo que ha hecho, convertirse en cola de león del Monopolio Polanquista, creemos que lo razonable es optar y considerar adecuada esta segunda opción. Es su dinero. Son sus accionistas. Y es su responsabilidad.

Otra cosa es la responsabilidad de Telefónica con sus socios creadores de Vía Digital, a los que debe ayudar a mantener una presencia indispensable en Sogecable si no se quiere que el monopolio de contenidos de Polanco y Cebrián sean los potitos de la dictadura española del inmediato futuro. Derecho al negocio, pues, por parte de Alierta, pero también debe dar garantías de pluralismo y libertad en los contenidos de Sogecable. La propiedad tiene derechos y la libertad, todavía más.

Artículos anteriores:
1. La revancha de Polanco
2. Polanco, entre los sucesores de Aznar
3. Polanco, Rato y Mayor, con ETA al fondo

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