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No es de extrañar que de la Sala Segunda del Supremo, do mora Bacigalupo, ataque frontalmente con sus sentencias la política del Gobierno y de la inmensa mayoría del Parlamento contra el terrorismo en todas sus variantes. No es de extrañar que desde ese lugar, precisamente, ése, no sólo se sentencia en contra explícitamente del Código Penal recientemente endurecido para luchar contra los delitos de exaltación del terrorismo, como la misma sentencia reconoce o exhibe a modo de cabellera recién cortada a los rostros pálidos parlamentarios. Y tampoco puede extrañar que toda la doctrina elaborada por Garzón sobre la unidad esencial de la banda etarra por encima de la diversificación de funciones que la propia eficacia del crimen demanda, sea desechada despectivamente por estos jueces que no vacilan en poner la zancadilla al Gobierno, a la oposición y a toda la sociedad española en su renovada y actualizada lucha contra el terrorismo en todas sus manifestaciones.

Y es que hay jueces-políticos en los altos Tribunales cuya politización es tan intensa que son ya incapaces de aplicar la Ley, sin más, como sería su obligación, y siguen haciendo política a través de sus sentencias, casualmente nunca en el sentido de endurecer las penas de los terroristas sino de minusvalorar su gravedad o sencillamente descartarla. Es un escándalo más de la Justicia que recuerda la politizada sentencia del Constitucional excarcelando a la Mesa de HB y que demuestra que en la lucha contra el terrorismo con los jueces hay que contar poco, y si son de procedencia política, menos, y si algunos son de la secta progre y el ámbito de su pronunciamiento es nada menos que la Sala Bacigalupo, absolutamente nada. Los batasunos, el PNV y Llamazares están contentos y felices. Enhorabuena a los magistrados. ¿Por cierto ¿ha renunciado ya su compañero de sala y del alma Bacigalupo? ¿O es que el fraude fiscal también puede interpretarse al margen de lo que diga la Ley? En todo caso, queda claro que la Sala Cuarta o de Puertas abiertas de la Audiencia ha sido cerrada, pero su labor seguirá siendo asumida por otros jueces de la misma cuerda y al máximo nivel. Heroico.

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